Espero que haigas encontrado alguien mejor que yo. Lo malo es que ‘haiga’ no existe, y alguien mejor que yo tampoco.
Flying hoy es divertido. From Barcelona a Sevilla.
Como nuevo, te da lo mismo.
. Aquí empieza tu mundo
No hay nada más senzillo que este banco.
Si Cervantes hoy levantara la cabeza, igual escribiría de otra forma. El Tono de Voz, la forma que tenemos de articular el lenguaje y sus reglas para proyectar lo que queremos ser para los demás. Una forma de contruir nuestra identidad más allá del logotipo.
El Tono de Voz es una herramienta terriblemente poderosa, nos ayuda a darle un vehículo en el que transportar nuestro mensaje. Ya que como sabrás de lo que nos cuentan, el 80% de lo que entendemos tiene que ver con la forma en la que nos cuentan eso.
Aquí hemos escrito mucho sobre eso, de cómo entendemos el Tono de Voz, los 3 tipos de Tono que existen o cómo lo construimos. Pero poco hemos hablado de los retos que tiene un Tono de Voz en algunos casos.
Siempre decimos que las Marca molonas, tienen detrás clientes valientes. Pero no todas las Marcas pueden ser outsiders, ni tener un Tono de Voz realmente diferencial. Porque el Tono es el reflejo de la personalidad de Marca, y cuanto más sobria o parca sea nuestra definición, más pobre y anodino será nuestro Tono.
Esto en sí mismo ya es un reto, hay categorías en las que no funcionan Marcas que se salgan del carril. Pero a este reto se le suma los clientes que tampoco quieren salirse del carril.
Querer construir una forma propietaria y diferencial de transmitir tu mensaje, sin querer salirse lo que dicta la RAE y las reglas ortográficas o lingüísticas, es como intentar ser diferente con las mismas herramientas que todos los demás. Se puede, pero complica mucho la tarea hasta el imposible en ocasiones.
Si todas las Marcas construyesen su Tono sin salirse del carril, tendríamos Marcas miméticas carentes de recursos realmente diferenciales que podamos atribuirnos. Es obvio que el uso del léxico cambia una historia, no es lo mismo leer a Wilde que a Hemingway, pero nadie escribe novelas, las Marcas crean microhistorias en las que deben condensar ese espíritu.
En este sentido ninguna de las frases que encabezan este artículo tendrían el visto bueno de un servicio de valoración lingüística o de los señores de la RAE. Y sin embargo a ninguno de nosotros nos estalla la cabeza o creemos que matamos el lenguaje al leerlas.
Pero esto nos pasa con todo. A veces discutimos horas y horas por matices en una identidad, o una palabra del posicionamiento, que al público medio corriente, le resbala bastante.
Las Marcas si necesitan transgredir el lenguaje porque quieren mostrar que son rebeldes tienen que hacerlo. Si las Marcas necesitan ser serias y elegantes con el uso de las palabras porque quieren ser un socio de confianza tienen que hacerlo. Lo que no tiene sentido es intentar crear una Marca con un posicionamiento disruptivo, con una identidad flexible y pretender contar al mundo quien eres siendo el buen alumno de clase, rígido frente a las normas. ¿No? Pues eso.
El Tono es un enemigo del lenguaje, como las Marcas lo son de lo establecido.
En fin, hablando se entiende la gente, no mirando el diccionario.
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