¿Cómo sabes si tu realidad es la realidad que viven los demás? Supongo que existen tantas realidades como personas, ya que es nuestro cerebro quien interpreta los estímulos sensoriales de nuestro entorno, y esa interpretación depende de entre otras cosas de su estado de ánimo en ese momento.
Está científicamente probado que nuestros sentidos, sentimientos y estados de ánimo alteran la percepción de nuestra realidad, creando microrealidades sólo nuestras. Aquella discusión en la que yo tenía razón, aquel momento tan peligroso que viví, o lo distante que fueron aquellas palabras al despedirse… todo percepciones, nada real.
A todo esto, en un futuro cercano, vamos a tener que lidiar con otras realidades más abruptas, lo que conocemos como Metaverso. El Matrix de toda la vida, pero sin rojas ni azules.
Este concepto que nos suena a ciencia ficción, a muy pequeña escala lleva existiendo entre nosotros siempre. Las Marcas.
Las Marcas son pequeños universos que nos invitan a entrar y vivir a través de ellas nuevas realidades, siendo gracias a ellas aquello que queremos ser. Es como una puerta a un mundo que te quieres construir.
Por eso las Marcas te invitan a pensar, actuar, consumir, decidir, expresarte, callarte, vestirte, soñar e incluso mostrarte lo que es bueno para ti o no, lo que importa hoy o no.
Porque hoy lo que importa no es que tu detergente lave más blanco, sino que lo haga respetando tu entorno. Porque eso importa hoy más que ayer, porque eso hoy da más dinero que ayer. Y es una pescadilla que se muerde la cola, es el consumidor quién mueve a las Marcas, o las Marcas a los consumidores. Probablemente hay mucho de ambos en lo que nos pasa.
El caso es que las Marcas que se esfuerzan por construir nuevas realidades, nos gusta llamarlas METAMARCAS. Porque son Marcas que trascienden al objetivo que fueron creadas.
Recuerda que las Marcas nacen para ser identificadores de un producto, una idea y un sentimiento. Volvo es un buen coche robusto, es seguro, me siento tranquilo.
El cambio se produce cuando Volvo te invita a vivir un mundo más tranquilo, en el que valorar otras cosas, en el que te da consejos para un ‘slow living’, te comparte una play list, te ofrece recetas para disfrutar cocinando con música relajante, o patrocina un retiro de yoga y sauna en Suecia. (es un ejemplo ilustrativo, no real).
En ese momento esa Marca se convierte en un pequeño Metaverso, en una pequeña realidad patrocinada que poder vivir. Al final es la trampa inocente para poder formar parte de nuestras vidas, que vivamos la suya.
No es nada perverso, lo vemos en aquellas Marcas que intentan construir contextos de Estilos de Vida o Actitudes. Estamos muy acostumbrados a verlo en una cerveza, en una marca de zapatillas, en un refresco, en tu banco… pero ¿y en el fútbol?
Hace unos años que el PSG, gracias al dinero de todo un país al ser lo que conocemos un Club estado, más allá de su elenco deportivo, se ha convertido en el objetivo de todas las miradas de los que se dedican al Branding, por varios motivos. El primero de ellos es por su intento fantástico de convertirse en una Metamarca (obviando el deporte).
En estos últimos años se ha puesto las pilas y hoy es el club con más seguidores del mundo en TikTok, debe rondar entre el TOP 9 de los clubs con más seguidore en redes sociales, y ha conseguido que el PSG deje de ser un club parisino, para ser un Club del mundo con sus famosos Tokens para aficionados.
¿Qué ha hecho? Está en ello… está intentando construir su propia realidad alrededor de su Marca. Una realidad que no tiene fronteras, que habla de poder, que habla de moda, de ser urbano, de demostrar que si se quiere se puede, de más que un escudo de fútbol, un sello para entender la vida.
En ello lleva, y no es casualidad que allí dónde miremos encontremos retratada la misma actitud, no importa la foto oficial que escojas del PSG, siempre barbilla arriba, mirada desafiante, pose chulesca y ven a por mí si te atreves. El resto lo ponen las estrellas mundiales que encajan en ello.
No es casualidad que de todas las marcas deportivas con las que pudiera colaborar, escogiera Air Jordan, un icono y símbolo en algunos estratos y minorías en Estados Unidos (recordar que hoy todavía muere gente atracada por las Jordans).
No es casualidad que su merchan haya pasado de ser merchan a ser arte, moda, el primer equipo del mundo en hacer desfilar sus prendas en una pasarela de moda Parisina… no el logo, su visión de la moda.
No es casualidad que esa actitud rebelde con pasta, el de hago lo que quiero porque puedo, lo vistiera otra marca que no fuera francesa como DIOR.
No es casualidad que el escudo siga llevando en grande PARIS desde su rebranding del 2013, siendo un emblema de la ciudad y su embajador en el mundo, autonombrado.
Y no es casualidad que sea de los pocos clubs que tiene ssu ya maduro equipo de eSports, paga a sus jugadores en bitcoins y tiene en su plantilla más tiktokers y youtubers que casi buenos jugadores tienen sus rivales.
Y no, no es casualidad que el PSG necesite 800 estrellas para ganar la liga francesa, porque dónde realmente compite es en la Liga de la relevancia mundial, y para eso necesitas los mejores nombres aunque te sobren 10 de ellos para tu competición.
Más allá del dinero, el PSG da una lección de cómo construir una Marca sin cargarte el escudo (Juventus), y de cómo el fútbol es una bandera de seguidores que puedes aprovechar para crear esa puerta a tu realidad, la mejor forma de ser parte de sus vidas.
Y sí, ha perdido 200 millones este año. Y Netflix, y Spotify, y Airbnb, y… y….
Creo que los clubs de nuestro país deberían pensar menos en SuperLigas y pensar más en SuperMarcas… o Metamarcas. Porque el futuro no está en el campo de juego, está en nuestras calles.
En fin, veremos cómo acaba la burbuja.
COMMENTS