Señal hecha sobre una persona, animal o cosa, para distinguirla de otra que denota pertenencia, calidad o distinción.
Esta es quizás las definición más primigenia de una Marca, aquella que la relaciona con su expresión más simbólica, visual. De ahí que muchos hoy todavía relacionen el concepto Marca a su esfera más identitaria.
Y es que el concepto Marca Comercial nació así. Un símbolo que nos ayudaba a distinguir un producto o animal de varios propietarios. Símbolos que se llenaron de significado por el tiempo mediante asociación, entre lo que vive la gente y cómo lo relaciona con ese símbolo.
Aunque está claro que el concepto de Marca ya existía sin necesidad de artificios gráficos, todos sabían qué significaba una Seda de las Indias, o lo que eran los temibles Espartanos. Una Marca.
El caso es que las Marcas, basaron su nacimiento formal a través de sus Identidades Visuales. Símbolos y logotipos que se acabarían asociando a una forma de hacer las cosas, a una experiencia, a un producto, a un fabricante. Dotando de reconocimiento, distintividad y relevancia a aquellos que lo hacían bien.
Hoy seguimos heredando gran parte de esas necesidades, aunque aumentadas. Ya sabemos que hoy un simple Logo no es una Marca, y que una Identidad Visual no es un mero Logo. Pero sí que seguimos usando los mismos elementos para construir nuestra Identidad.
En un mundo intoxicado, en el que recibimos más de 3000 impactos de comunicación diarios, ser capaces de salir del ruido y transmitir una idea clara que te defina, parece una cuestión de supervivencia. En cuanto a meramente Identidad Visual se refiere, el Logotipo es nuestra carta de presentación.
Expresamos a través de nuestras Identidades aquello que queremos significar para los demás, y para ello usamos varios elementos. Es justo lo que queremos comentar hoy, el uso de símbolos, isotipos o logosímbolos como reminiscencia del origen más auténtico de las Marcas.
No son pocas las ocasiones que nos preguntamos si un logotipo tiene que llevar o no símbolo, si la Marca necesita una especie de condensador visual que nos sirva para concentrar nuestra Identidad en un elemento más o menos sencillo, que hace de bandera para nuestro reconocimiento.
Hoy son incontables las Marcas que usan este elemento casi de forma exclusiva, prescindiendo del nombre o cualquier otro rasgo de Identidad. Nike con el swoosh, Mastercard con sus dos círculos, Starbucks con la sirena, o Pepsi con su canica.
Todos los conocemos, y en otro capítulo hablaremos de cómo se usan para concentrar valor, pero hoy nos vamos a detener en su anatomía y variedad para entender qué necesitamos o qué opciones tenemos si debemos crear uno.
SÍMBOLOS DE MARCA
ANAGRAMA
Es uno de los más antiguos. Hoy escasea en las grandes identidades cada vez más digitales, que entienden que este tipo de símbolo les puede resultar complejo en contextos digitales, por sus formas elaboradas.
SÍMBOLO DESCRIPTIVO
Aquellos símbolos que tienen como función hacer de identificador del nombre, suelen usar una letra del mismo o parte de él.
SÍMBOLO FIGURATIVO
Un símbolo que tiene como función ser reconocible pero que carece de un significado que aporte contenido a nuestra Propuesta de Valor.
SÍMBOLO SIGNIFICANTE
Un símbolo que nos ayuda a proyectar parte de un significado o conecta con nuestra Propuesta de Valor.
LOGOSÍMBOLO
Aquellos logotipos que se convierten en un símbolo en sí mismo por su composición.
Podríamos hablar de Escudos o Mascotas, pero no dejan de ser una variación de algunos de los mencionados.
Y ahora la pregunta es ¿cuándo debemos usarlo? ¿cómo usarlo? ¿necesito uno o no?. Esto lo veremos en la segunda parte de este artículo la semana que viene.
Aunque la Marca es una caja vacía que llenamos de contenido con el tiempo, no nos viene mal que al nacer ya tenga algo que contar.
En fin, símbolo sí o no.
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