La vida va de relaciones. De vínculos entre personas. Ya sean de amistad, profesionales, sociales, familiares, afectivos o distantes. Las no relaciones que decidimos no tener, también son un tipo de relación.
En realidad, la gente importante que forma parte de nuestra vida, ha sido capaz de construir una relación con nosotros.
En definitiva, este es el fin último de cualquier Marca, importar a alguien. Y para ello, no hay otro camino que el de construir una relación. En este sentido, las Marcas deben entenderse como algo más que una forma de transmitir lo que somos, y entenderse como una forma de construir conexiones con quienes nos rodean.
Pero para ello debemos ser capaces de dotar a la Marca de las herramientas necesarias. Bueno, más que herramientas, dimensiones. Ya sabemos que las Marcas tiene diferentes dimensiones, Identidades, la Identidad Visual, la Identidad Verbal, la Identidad Sensorial y una de las gran desconocidas, y de las más importantes… la Identidad Actitudinal.
Todos hemos visto un Manual de Identidad Visual, muchos hemos visto un Manual de Tono de Voz, algunos hemos visto un Manual de Sonic o Aroma, pero muy pocos hemos visto un Manual de Identidad Actitudinal.
Tenemos muy claro que para proyectar lo que queremos ser para los demás, tenemos que vestirnos de una determinada manera, y seguramente entenderemos que debemos hablar de una determinada forma, pero pocas veces nos preguntamos cómo debemos comportarnos con los demás para conseguir ser lo que necesitamos ser.
Cómo coges el teléfono, cómo resuelves una incidencia, cómo se comportan tus empleados, cómo se construye la cultura interna, cómo se….
La Identidad Actitudinal, solemos definirla como la forma que tenemos de comportarnos con quienes nos rodean, pero también la definimos como la forma que tenemos de activar los comportamientos de nuestras diferentes identidades.
La Identidad Actitudinal define:
Comportamiento de Marca
Es la forma que tenemos de traducir nuestros valores y personalidad en actuaciones que definen nuestra forma de ser y hacer las cosas. Interna y externamente. Los contenidos que compartimos, las causas que defendemos, el tipo de comunicación que hacemos o el sentido de nuestras acciones.
Comportamiento Visual
La Identidad Visual define los elementos que la componen, y sus normas de uso, pero no define el comportamiento de los mismos. Cuanto de coherentes, flexibles, adaptables somos en los canales en los que estamos, según la necesidad que tenemos o en función de las audiencias que vamos. Qué elementos usamos más, cuales menos, qué gestos flexibilizamos, desactivamos o potenciamos.
Comportamiento Verbal
Muy similar a la Identidad Visual. No sólo necesitamos tener un Tono de Voz, sino una manera de usarlo adecuadamente para los diferentes momentos, canales y audiencias. Su declinación y límites conforman el comportamiento Verbal de la Marca.
Comportamiento Sensorial
Siguiendo la misma estela, define la manera que tenemos de activar o no los diferentes estímulos que hemos definido para la Marca.
La Identidad define los elementos que tenemos, los Comportamientos nos ayudan a entender la forma en la que los expresamos.
Por ello, la Identidad Actitudinal, muchas veces la llamamos ‘Comportamientos’, que recoge las diferentes formas de usar y expresar nuestros distintos elementos que conforman la Marca: su Plataforma, I.Visual, I.Verbal y Sensorial.
Al final, si lo tienes todo, pero no tienes tu Identidad Actitudinal, es como cuando Gepetto creó a Pinocho, o le das vida, o tienes un trozo de madera. Bonito, pero de decorativo.
En fin, no definas quien eres, construye lo que eres.
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