Cuando pudimos pisar el planeta con propiedad, nuestro lenguaje se basada en nuestra capacidad de transmitir señales mediante nuestros gestos corporales. La del lenguaje universal.
Con el tiempo fuimos capaces de convertir ideas, y transmitir algo más que gestos, a través de los gruñidos que hoy llamamos lenguaje. Y a condensar y sintetizar parte de nuestra vida y pensamientos en paredes llenas de hollín.
Y así hasta hoy. El lenguaje ha evolucionado en su forma, pero no en su fondo. Porque al final, sea cual sea el lenguaje que uses, tiene una función… simplificar la comunicación encapsulando ideas y mensajes que queremos transmitir.
Desde el papiro, pasando por la imprenta de Gutenberg, o el microUSB que tienes sobre la mesa, no son más que soportes en los que transportar un lenguaje. No importa tanto el soporte, como la información que contiene.
Al final, usamos el lenguaje para encapsular ideas que viajan en los diferentes soportes que empleamos para hacerlo entendible. Ya sea tu voz, un trozo de servilleta en un bar, o un complejo código binario.
El lenguaje nos ha permitido relacionarnos, entender conceptos complejos, acelerar el conocimiento y mejorar la manera en la que comprendemos lo que nos rodea.
Pues bien, la Marca es algo parecido. Es una forma de encapsular ideas complejas y hacerlas accesibles y entendibles, a través de diferentes soportes que nos ayudan a proyectarlas. La Marcas es el lenguaje de las empresas.
Imagina que no existieran las palabras y tuvieras que explicarle a alguien por qué debería contar contigo en su próximo proyecto. Qué te hace mejor que los demás, qué puedes aportarle, o simplemente quién eres…. Parece complicado la verdad.
Pues esta es la situación a la que nos enfrentamos a diario, si tenemos un negocio, e intentamos contarle al mundo por qué somos especiales, y no disponemos de una Marca capaz de encapsularlo y trasladarlo al mercado.
Si la persona del ejemplo imaginario, sin poder articular palabra, llevara una camiseta con el logo en grande de EINSTEIN, nos transmitiría cierta información sobre ella sin tener que escucharle una sola letra.
Y eso es lo que es la Marca, un contenedor de aquello de lo que somos, de lo que aportamos y de lo que pueden esperar de nosotros.
Hay 3 cosas que definen de verdad un negocio:
EL PRODUCTO O SERVICIO
LA GENTE
LA CULTURA
Pero sólo hay 1 cosa capaz de hablar de todo ello de una forma sencilla y concreta: la Marca
La Marca será quién recoja lo mejor de nuestro producto y servicio, aquello que nos hace ser quienes somos a través de nuestros empleados, y sobre todo la manera que tenemos de hacer las cosas, o lo que es lo mismo nuestra cultura.
Puedes no creer en el branding, o en palabros complejos como Brand Value Proposition, pero en lo que no puedes dejar de creer es que para que exista una relación, la gente tiene que entenderse. Y la Marca, es sin duda el factor de tu negocio que habla por ti, que crea tu lenguaje.
Y sí, ese lenguaje lo podemos llamar Visual, Verbal, Actitudinal o Sensorial. Que son nuestras 4 Identidades de Marca. Pero sobre todo, el lenguaje, esos 4 lenguajes o identidades, contienen algo muy especial: tu Propuesta de Valor. Aquello por lo que crearás Valor y Preferencia a los que te importan.
Aquello por lo que te reconocerán y sabrán qué esperar de ti aunque no digas nada, aunque no pronuncies palabra, aunque sólo vean tu nombre en una camiseta. De eso va la Marca, de ser algo en la vida de alguien. De ser capaz de crear relaciones, de comunicar.
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