¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Podremos volar? ¿Y si conseguimos viajar a la velocidad de la luz? ¿Sería posible una vida eterna? ¿Podemos reducir la cantidad de emisiones?
Qué sería el ser humano si no fuera capaz de hacerse preguntas. Esta capacidad tan inocente, nos diferencia de cualquier especie que pisa esta tierra.
Las preguntas nos han hecho encontrar nuevos caminos, evolucionar, y superar aquellos retos que teníamos por delante. Las preguntas tienen el poder de cambiar el mundo.
Porque no podemos obtener respuestas, si no somos capaces de hacer las preguntas adecuadas.
Esto que aplicamos al funcionamiento de nuestra sociedad, también lo aplicamos en nuestras vidas, y son esas cuestiones las que nos hacen tomar las decisiones que tomamos.
Si lo aplicamos al universo corporativo, el de las compañías y las Marcas, las preguntas son tan importantes como en nuestras vidas. Sin ellas es poco probable poder avanzar, encontrar nuevos espacios en los que crecer, superar los retos que vendrán o simplemente entender quién eres.
Y de eso va el Branding, una disciplina que tiene como objetivo hacer las preguntas adecuadas para mejorar la competitividad de una Marca. Esas preguntas que responde Quiénes Somos, Qué hacemos y Por qué somos importantes para ti.
Porque no es lo mismo preguntarse cómo puedo ser competitivo siendo una Sangria, que preguntarse cómo puede ser competitivo si soy un Aperitivo. Porque no es lo mismo preguntarse cómo puedo crecer siendo una Tarjeta de Crédito, que preguntarse qué pasa si lo hago como un Banco Sencillo.
Porque no es lo mismo preguntarse si debo ordenar mis productos desde la funcionalidad, o desde el beneficio. Ni si es mejor ser Enérgico, que Vibrante.
En el mundo de la definición de una Marca, los matices son importantes, las palabras, los gestos, los pequeños detalles que crean espacios propietarios que nos permiten competir de forma diferencial y relevante.
Esos pequeños detalles sólo afloran cuando somos capaces de retorcer la pregunta y encontrar una nuevo reto que nos ayude a movernos hacia delante.
No se trata de abordar el reto tal y cómo viene, sino de replantear si la definición del reto responde a las preguntas adecuadas.
Por ello, cuando inicies un proyecto de competitividad, o cualquier problema de Marca, piensa que el reto que estás viendo quizás no es su mejor definición, que quizás oculta tras una pregunta no formulada, se encuentra la clave de ese problema.
Porque no hay peor solución que aquella que no responde a la pregunta adecuada.
En fin, ¿Y tú sabes quién eres? ¿de verdad?
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