Podríamos decir que somos una sociedad binaria, nos movemos en términos de unos y ceros. De amor y odio, de pérdida o ganancia, de luz y oscuridad, de cerca y de lejos, de día y noche.
En un mundo tan complejo de entender y definir, hemos optado por simplificarlo en términos absolutos para que el lenguaje nos permita representarlo.
Es cierto que no sólo existe el día y la noche, pero nos resulta más sencillo hablar de este binómio, que del amanecer, el alba, el ocaso, la penumbra o el medio día, por ejemplo. Pero por lo general, todo nos resulta más llevadero cuando simplificamos.
Y así estamos programados, nuestro cerebro está programado para simplificar y preferir las cosas que entiende y puede procesar de manera rápida y cómoda. Es una mera cuestión de supervivencia.
Esto sumado a que hoy vivimos en un mundo infoxicado y en una realidad hiperestimulada, la simplicidad es más que bienvenida. Cada vez es más sencillo comprar algo por la red, más sencillo contratar una hipoteca, más sencillo ir de A hasta B, y más sencillo programar un robot. Todo camina a la simplicidad. A hacer cosas en menos de un click, en dos pasos y en 3 segundos.
Por ello cada vez vemos más y más Marcas intentando simplificar el discurso de su categoría, hacer más fácil la interacción con las audiencias, a crear Marcas más simples, nombres más fáciles, identidades más básicas, y tonos de voz más didácticos. En definitiva, cada vez, más y más iguales.
Es cierto que nuestro cerebro prima las cosas sencillas porque le genera menos esfuerzo entenderlo o procesarlo para guardar la información o desecharla.
Pero también es cierto que las tareas que el cerebro realiza de forma sencilla y casi intuitiva, acaban en la Papelera de Reciclaje. Mientras que aquellas tareas que requieren un gran esfuerzo, activan partes más racionales y por lo tanto esa información acaba en un lugar más preferente.
Y ahí es dónde tenemos nuestro par binario para las Marcas. En un mundo que camina hacia la simplicidad, si quieres ser relevante en un espacio de ruido blanco, debes ser una nota de color. La complejidad ayuda a prestar atención.
S3gur0 qu3 3r3s c4p4z d3 l33r 3st0. Y Seguro que has prestado mucha más atención a estas palabras que otras que has leído justo anteriormente. Es normal, tu cerebro ha tenido que detenerse, prestar atención y procesarlo.
Un nombre complejo, un tagline largo, una identidad difícil de entender, son grandes opciones en el mundo que nos rodea hoy.
Las Marcas luchan por significar algo a alguien, pero para ello primero deben luchar por ganar la poca atención de la que disponemos.
Hacerlo todo muy sencillito, fácil, blandito, y sin aristas, es hacer que nos pongan la etiqueta de ‘irrelevante’ antes ni de que nos escuchen.
Esto es como aquella persona que tanto te gusta porque es muy interesante, porque no sabes muy bien qué hay detrás, pero te apetecería averiguarlo. Es ser algo por lo que interesarse, o ser uno más.
En fin, de unos y de ceros.
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