Los recuerdos que tienes no son reales. Lo siento. O al menos no los recuerdas como sucedieron de verdad.
Es importante entender que la forma en la que almacenamos nuestro mundo en nuestro cerebro es una forma condicional.
Eso significa que tus recuerdos no sólo se guardan en la forma que pasaron, sino en la forma que los viviste. Es decir, en el momento que grabamos algo en nuestra memoria lo que hacemos es guardar lo que pasó más el conjunto de sensaciones y sentimientos que tenías mientras pasaba.
Es decir, podemos repetir dos acciones idénticas en diferentes estados de ánimo y las recordaremos totalmente diferentes. El cerebro condiciona el recuerdo al entorno emocional con el que se vivió.
Una puesta de sol en un estado triste será almacenada como un momento de desolación, mientras que vista en un estado de euforia será un recuerdo que hable de optimismo de futuro.
Si a esto le sumamos que nuestro estado de ánimo está condicionado por nuestro entorno, por lo que perciben nuestros sentidos, empezamos a entender que manipulando los sentidos, podemos manipular el estado de ánimo y a su vez el recuerdo que nos queda de ese instante.
Una habitación oscura con una música suave y triste, nos predispondrá a un estado de baja energía. Por ejemplo.
Si algo llevamos intentando hacer durante años desde las Marcas es precisamente esto. Crear los entornos adecuados para que tu interacción conmigo construya los significados deseados.
Es aquí cuando cobra especialmente relevancia la Identidad Sensorial. Aquella que trata de construir huellas únicas y relevantes de las Marcas a través de los sentidos: Sonic Branding, Aroma Branding…
El Aroma Branding es una de las disciplinas menos conocidas y últimamente más empleadas. Ya que tiene la capacidad de cambiar el entorno en el que te encuentras sin cambiar nada.
El olfato es uno de los sentidos más complejos que poseemos, pero es uno de los que mayores asociaciones construye en nuestra memoria.
Aunque no sabríamos describir cómo olía el perfume de nuestra madre, o las mañanas desayunando Cola-Cao, o el olor a estuche nuevo que estrenabas el primer día de cole… sí podemos recuperar de forma instantánea ese recuerdo cuando lo olemos.
El olor es capaz de activar sensaciones más allá de los recuerdos.
La otra dimensión interesante de los olores, y aquí es dónde está la magia, es la capacidad de transformar entornos para manipular los sentidos y los recuerdos.
A diferencia de la visión, o el sonido, el olor es un estímulo que no siempre actúa en nuestra parte consciente.
Eres consciente que estás viendo un árbol, y eres consciente del sonido del viento al agitarlo, pero no eres consciente del olor de la clorofila que tu cerebro está procesando.
De hecho, ahora mismo, tu casa o tu oficina huelen a algo que tú no estás detectando, a pesar que la estás viendo.
El olor tiene la capacidad de otorgar ciertos atributos a espacios y objetos, modificando la relación que tenemos con ellos. Y esto, desde un punto de vista de construcción de Marca, es muy interesante.
Recientes estudios han demostrado que hay ciertos olores que asociamos de forma inconsciente a algunos sentimientos fundamentales. El olor a talco nos lleva a pensar en seguridad y cuidado, porque en nuestro inconsciente está grabado a fuego nuestra más tierna infancia.
El olor a café o aroma tostado, es capaz de aumentar la venta de inmuebles, porque identificamos el espacio como un hogar en el que nos sentimos cómodos.
El olor a cítricos y flores nos hace estar más tiempo en un espacio y aumenta el gasto en la compra, ya que lo asociamos a estar en la naturaleza y en libertad, lo que nos relaja y nos desinhibe.
El olor a barbacoa o ahumado hacen que los espacios en los que estamos los percibamos más pequeños, porque lo asociamos al humo y esa sensación llena el espacio pidiéndonos que nos vayamos rápido.
Estos son algunos ejemplos de cómo ciertos olores, usados de forma adecuada pueden ayudar a mejorar la experiencia que construye mi Marca.
Transformar la Personalidad de mi Marca en un olor que nos proyecte las sensaciones que queremos construir al relacionarse con ella, es un vector que facilita el recuerdo y la memoria.
Muchas Marcas todavía creen que estas disciplinas están reservadas sólo a los grandes, o las compañías que disponen de retail.
Pero lo que muchas no entienden es que toda Marca tiene un hogar. Un hogar en la que se relacionan con empleados, con proveedores, con inversores, con clientes… las oficinas corporativas son el mejor espacio para controlar tu experiencia.
Otras Marcas usan sus Aromas en productos como Apple, o rociando sus presentaciones corporativas cuando las entregan a sus clientes, o creando merchandising corporativo que transmita sensaciones concretas.
Ayudar a tu Marca a construir un entorno adecuado para significar lo que quieres, es ayudar a tu Marca a competir.
En fin, eres lo que los demás huelen de ti.
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