Hacer algo que te motiva no siempre significa que lo hagas mejor que nadie. Seguro que te gusta jugar a algún deporte y no eres ni de lejos todo lo bueno que pueden ser otros. Seguro que te gusta cocinar y todavía no estás a la altura de MasterChef.
La motivación intrínseca, aquella que sentimos de forma emocional, es poderosa para hacer que cualquier actividad sea placentera para nosotros. Ya sea porque nos reta, porque nos hace crecer o porque nos divierte.
Este concepto tan básico, es un concepto que se malinterpreta mucho en las organizaciones. La Motivación.
En las organizaciones, a este sentimiento de motivación se le suele confundir con el Engagement, y se llega a pensar que una gran motivación, por ende un gran engagement, mejora notablemente el sentimiento de pertenencia, reduce el absentismo e incrementa la productividad del empleado.
El absentismo se reduce en un 41% y mejora el rendimiento de la empresa en un 30% (del 20 al 60%), según el Instituto de Trabajo y Absentismo de EEUU.
Está claro que la motivación puede hacer que dediques más tiempo al trabajo, te quejes menos y rindas con más esfuerzo, pero ¿Te hace eso más productivo?
Y lo más importante ¿Estar Motivado es lo mismo que estar Conectado con tu Marca?
Aquí hay grandes falsos mitos sobre el Brand Engagement, y vamos a definir el Brand Engagement como la conexión emocional de un empleado con la Marca en la que trabaja porque la conoce, la entiende y la vive en primera persona.
El Engagement es la capacidad de adoptar los valores y el propósito de la compañía siendo el principal defensor de los mismos.
Estar Motivado no es lo mismo que estar Conectado con tu Marca. Hay cientos de factores que caen en el saco de la motivación, muchos de ellos extrínsecos (sueldos, retos profesionales, responsabilidades, compañeros, entorno, carrera…). Pero la Conexión sólo se produce cuando compartes una misma visión y actitud con la Marca para la que trabajas.
Y aquí podemos encontrar gente muy motivada en su trabajo pero con poca Conexión con su Marca. O gente muy Conectada con su Marca pero poco motivada por el trabajo que desempeña. Desde el histórico que vio nacer la compañía y ahora está de paso por la misma, hasta el junior que acaba de entrar y le importa poco trabajar aquí o allí, lo que importa es su carrera.
Por lo que confundir la Motivación con la Conexión es un gran error, ya que son dos cosas vitales y necesarias que se trabajan desde ángulos distintos. Desde Recursos Humanos y desde Marca.
Y por otro lado, la Conexión te hace más productivo. ¿Seguro?
Esto es otro falso mito que proviene de un paradigma distinto, una situación en la que la productividad se medía por horas trabajadas o tornillos apretados, y bajo esa hipótesis se contempla que un empleado que siente y vive la Marca está dispuesto a sacrificar más horas por menos condiciones.
Ahora bien, ¿Eso te hace más productivo? ¿O ser más productivo es hacer mejor tu trabajo en menos tiempo? ¿Es dedicarle menos horas sacando mejor el trabajo?
No es un tema de ‘Más’, sino de ‘Mejor’. La Productividad debe medirse por la Calidad de lo que hacemos y eso significa que no por ser el empleado más Conectado y Motivado del mundo eres el que mejor lo haga.
De hecho existe un signo de alarma que pocos ven. Cuando un empleado es extremadamente productivo, y excelente en su trabajo, es posible que vayas a tener problemas de Conexión o Motivación con él, porque la excelencia continuada es un síntoma de falta de retos y crecimiento profesional.
Por lo que la Productividad es el enemigo de la Motivación, y la Motivación no se convierte siempre en Conexión.
El Engagement es un acelerador de la Motivación pero nunca la solución a una falta de Productividad.
En fin, cada cosa por su nombre.
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