¿Crees que podrías ser tú mismo?
Cuando vivimos en entornos muy exigentes en los que sólo importa el resultado de nuestras acciones y el beneficio que obtenemos con ellas, nos deshumanizamos.
Para ganar siempre, en cualquier situación, deberíamos ser capaces de adaptarnos y ser lo que esa situación espera de nosotros. Esté en nuestra naturaleza o no.
Esto tan exagerado que planteamos para tu vida, es lo que conocemos en la vida de las Marcas como ROI.
El ROI es el retorno que recibimos por cada esfuerzo que hacemos. Literalmente ‘Return of Investment’, retorno de inversión.
El ROI es uno de los indicadores más populares y comunes en las compañías para medir la eficiencia de nuestras acciones y la rentabilidad de nuestras inversiones. Si invierto 1€ en publicidad y obtengo 9€ de ventas, tengo un ROI de 1/9.
Es un indicador muy propio de Publicidad y Comunicación, ya que con ello se miden los medios y canales más eficientes a la hora de conseguir nuestros objetivos, cuando hablamos de ventas o incremento del beneficio. Un indicador que mal usado puede matar a tu Marca.
El ROI en sí mismo no es malo, es un gran indicador. Nos mide lo buenos que somos impactando comercialmente ahí fuera. El problema es cuando se convierte en el único indicador.
Es decir el ROI no te va a decir si la gente percibe de nosotros lo que queremos ser, ni tampoco te dirá si tu Marca es coherente, ni si tiene sentido lo que hacemos, ni si estás construyendo siquiera en una única dirección.
El ROI jamás puede ser el indicador de salud de tu Marca, porque la matarás.
¿Por qué?
Muy sencillo. Si solo mides el retorno de tus actos, qué importa lo que la gente piense de mí mientras los consiga. Piensa en los supuestos anteriores, en el trabajo, en el amor, en la amistad, en mi relación con los demás… si sólo me preocupa que puedo obtener de esas relaciones ¿dónde queda lo que significo para ellos?
Cuando gestionamos una Marca desde el ROI (como el indicador más importante), estamos diciéndole a la Marca que lo importa más el Qué que el Cómo, y las Marcas se construyen con el Cómo y se vende el Qué.
Centrarse en el ROI es construir desde lo táctico, querer estar en cualquier oportunidad aunque nuestra Marca no debería estar ahí. Es construir en el corto plazo, es dejar de pensar en crear valor sostenible.
‘Esta acción mejor no la hacemos porque no le veo el ROI’, a veces el ROI no importa porque el retorno no es comercial, es emocional, y amigos, eso no se puede medir con el ROI.
No quiero olvidar que una Marca que no impacta en nuestro negocio, no es una Marca. Pero la que no impacta en nuestras vidas, no existe.
Y para ello debemos crear un sistema de gestión y medición acorde. Desde un marco de referencia y actuación en la que quiero construir mi significado y mi propuesta de valor, definimos aquellas acciones que nos ayudarán a construirlo y desde ahí planteamos las acciones que nos ayudarán a venderlo. Y entonces el ROI tiene sentido.
El ROI acompañado de indicadores como Relevancia, Imagen, Significado, Consistencia, Atributos, etc…
Salir ahí fuera buscando únicamente un rédito a cada situación, es salir ahí fuera matando a tu persona. El mundo a veces no tiene una recompensa para ti, pero tú sí la tienes para los demás.
En fin, menos ROI y más Mañana.
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