Hay una frase que siempre me ha inquietado: ‘Las cosas no son lo que parecen’. ¿Y entonces? ¿Cómo son?
Es decir, si no son lo que parecen porque parecen lo que no son. Es más, si no son lo que parecen como sabemos lo que son. Y es más, si son lo que no parecen, porque parecen lo que no son.
Absurdo, ¿verdad?
Está claro que hay cosas en nuestro entorno que no acabamos de comprender simplemente con observarlas, necesitamos interactuar, relacionarnos y profundizar para hacernos una idea más certera de lo que nos rodea.
Pero eso nos hace la vida mucho más complicada y al final pasamos de puntillas por aquello que no acabamos de ver claro. Si no es lo que parece, pues que hubiera parecido lo que era.
Este concepto lo podemos extrapolar en la construcción de Marcas. Aquí no vale usar esa frase, porque aquí eres lo que pareces, te guste o no.
Es decir, si pareces anticuado, tradicional, rígido y poco humano, serás para tus audiencias anticuado, tradicional, rígido y poco humano. Porque si para saber que realmente eres innovador, moderno, y muy cálido tengo que relacionarme contigo, has perdido una oportunidad de que lo sepa.
Las Marcas acaban siendo la percepción que tenemos de ellas cuando nos relacionamos con las mismas. Pero es cierto, que antes de relacionarme con ellas he tenido que dar el paso y mostrar cierto interés para tener esa relación.
Es muy sencillo, puedes ser un premio Nobel, una mente brillante, el mejor de tu clase, quizás la persona más profesional del mundo, pero si te presentas en una reunión de trabajo con un cliente en chándal roto y zapatillas de estar por casa… créeme, nadie te dará la oportunidad de demostrarlo.
Por eso en Branzai hemos hablado tantas veces de la importancia de la Identidad Visual para la construcción de una Marca. (ver artículo el Logo importa)
Es cierto que la Identidad, el logo y el sistema, no hacen la Marca, pero la presentan al mundo. Es lo primero que vemos de ellas cuando conocemos su existencia.
Y es importante que esa primera impresión sea una apertura al mundo que van a encontrarse después.
No se trata de tener el logo más bonito, sino que la identidad nos muestre la forma en la que queremos ser percibidos. Y eso distingue un logo de una Marca.
Una Marca es aquella en la que su Identidad Visual es el concepto que abre una puerta a un significado consistente cuando nos relacionamos con ella. Y un logo es un concepto que no enlaza con nada de lo que nos encontraremos después.
Si tienes una identidad muy bonita pero no entiendes qué intenta transmitir en el quién soy, qué hago o por qué soy importante para ti… tienes un logo bonito.
Cuando construyes una Identidad, lo ideal, es tratar de construir sobre un concepto poderoso sobre el que pivote el resto de la experiencia de la misma o su propuesta de valor. Eso facilita el entendimiento, mejora la eficiencia en comunicación y nos representa de forma coherente.
Y alguien se preguntará… y el logo de Starbucks, o el de Ikea, o el de Zara… ¿?
Cierto. Y aquí un aprendizaje, la Marca es la suma de todo lo que hacemos.
Es la suma de nuestro producto, nuestro modelo de negocio, nuestra forma de atender al cliente, nuestra manera de hablar y relacionarnos, cómo cogemos el teléfono, lo que parece nuestra identidad o la forma de comunicarnos.
En mercados en los que tenemos una posición competitiva muy poderosa gracias al modelo de negocio, producto, distribución o inversión en medios, la Marca llena de contenido nuestra identidad visual.
En mercados en los que tenemos que empujar porque vamos a rebufo de los demás, altamente competitivos, sin una gran diferenciación, poca inversión en comunicación y peleamos por un puesto en la mente de nuestras audiencias, la Identidad Visual es importante para dotar de contenido a la Marca. Porque necesitamos ser más eficientes, impactar de forma más directa en nuestras audiencias y crea un vínculo sencillo entre lo que mostramos y lo que somos (ver artículo ‘la Fórmula de la Marca’)
¿Lo ideal? Que lo que hacemos diera sentido a lo que somos.
Es decir, que lo que queremos significar pudiera estar recogido en la identidad y que lo que muestra nuestra identidad fuera lo que queremos significar.
Resumiendo, no siempre que tienes un Logo tienes una Marca. Pero siempre que tienes una Marca deberías tener un buen Logo.
En fin, eres lo que pareces.
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