Imagina que mañana decides cambiar por completo de vida. Que decides ser otra persona. Cambias tu forma de actuar, tu carácter, tu manera de comportarte, hasta cambias tu personalidad.
Imagina que mañana quieres ser un nuevo tú.
Al final de la semana te habrás dado cuenta que no sólo bastará con cambiar desde tu interior, sino que es muy probable que muchas de las cosas que te definían cambien contigo.
¿Pero será necesario que cambies tu forma de vestir? ¿O tu peinado?
Pues depende. Sí lo que quieres que defina tu nuevo yo no lo transmite tu antiguo tú, será mejor que pienses en ir cambiando.
No basta con serlo, hay que parecerlo.
Y esta lección parece que es la que no entienden muchas Marcas en nuestro país. No basta con ser el más innovador, ni el que mejor trata a sus clientes, ni el más profesional, ni siquiera el más creativo, tienes que parecerlo.
¿Por qué? Porque no somos los que parecemos, pero lo que parecemos determina la que otros creen que somos.
La Identidad, que es aquello que los demás ven de nosotros, es una de las partes más importantes de una Marca. Es tu carta de presentación, es lo que habla de ti cuando nadie te conoce y lo que dejas al salir de una habitación.
La Identidad muestra al mundo lo que quieres ser y el mundo determinar si realmente lo eres.
Existen muchos motivos por los que cambiar tu Identidad, sin caer en un ejercicio tendencioso o caprichoso de diseñitis.
Motivo #1
Estar a la altura
No son pocas las empresas que hoy han conseguido prosperar y superar con creces los estándares medios del mercado. Han crecido, han madurado, son competitivas y lideran actualmente algunos de los mercados.
Pero sus negocios fueron diez pasos por delante que sus Marcas, y mil pasos por delante que su Identidad. Se trata de poner la Marca a la altura del negocio.
En este caso, no se trata de cambiar para ser mejores, o diferentes, o ganar más, sino simplemente por proyectar al mercado lo que has conseguido hoy. Ser percibido desde dentro y desde fuera como la empresa innovadora, líder, global o creativa que has conseguido ser.
Motivo #2
El mundo giró y no te diste cuenta
Ese día que despiertas y miras a tu alrededor y te das cuenta que todos llevan vaqueros arremangados y tú sigues con tus pantalones de pana. Ese día que te diste cuenta que no te enteraste que el mundo cambió.
Una actualización de los códigos visuales de tu Identidad, simplemente para seguir encajando en los códigos que tu competencia está marcando en la categoría. Porque lo que los demás esperan de nosotros, es como mínimo lo que nuestro mercado está proyectando.
Motivo #3
Ya no soy el mismo
Llegó el momento de reinventarse para competir, de cambiar la forma de hacer las cosas, de movernos en otra dirección.
Cuando una Marca replantea su posicionamiento, su plataforma, su personalidad, está replanteando la base sobre la que se sustenta su Identidad, y es el momento de acompañar en el cambio. De hacer que esa transformación pueda ser visible y tangible para todos.
Motivo #4
Un nuevo futuro
A veces, llevamos tanto tiempo viviendo en la misma casa que necesitamos pequeños cambios en la decoración para insuflar nuevas energías y continuar. ¿Quién no ha movido los muebles de sitio? ¿O pintado de otro color?
Las Marcas necesitan renovarse de forma constante, y sus empleados sentir la ilusión del primer día el día mil. Las pequeñas evoluciones de nuestra Identidad, el refresco de nuestros códigos, nos permiten seguir ilusionando a propios y extraños, seguir evolucionando y seguir siendo los de siempre en un nuevo momento.
Motivo #5
Ahora mando yo
Si quieres que algo cambie, algo tiene que cambiar. Y eso también le pasa a tu Marca.
Son habituales los cambios generacionales, en los que el relevo de muchos años al frente de una compañía se produce de forma inesperada o planificada. Nuevas etapas que conllevan nuevos liderazgos, y en muchas ocasiones nuevas culturas.
Es el momento de iniciar nuevas eras, y las nuevas eras se empujan con nuevas identidades, con nuevos matices, nuevas ilusiones.
Existen muchos más motivos, pero quizás estos son los más habituales para decidir que hoy tu Identidad ya no te representa.
Porque recuerda, lo que te hace único no es lo que eres, sino lo que los demás creen que eres. Identidad incluida.
En fin, eres lo que pareces.
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