No son pocas las ocasiones que me preguntan de qué va esto del Branding, y sobre todo qué hay que hacer para llegar a ser un Brander. Y sinceramente, ambas preguntas no son sencillas de contestar.
Pero básicamente suelo definir el Branding como el trabajo más bonito del mundo.
Es una forma de entender el mundo, una herramienta para ser más competitivos, una cultura del significado, una intención de crear relaciones, una excusa para ser mejores, un motivo para cambiar vidas, un puente entre lo que tienes y lo que quieren, entre lo que crees y lo que importa.
Al final, el Branding no es más que la capacidad de importar a alguien. Y eso, es realmente único.
Desde nuestra profesión ayudamos a quienes tienen una idea, o un producto, a tener una razón. A disponer de algo más de lo que creen.
Creamos respuestas a preguntas que todavía ni te has formulado, transformamos realidades y hacemos que puedas cambiar tu mundo a tu manera. Básicamente creamos un contexto para que tú cambies tu mundo.
Al final, cuando acabas el día y miras atrás, no has ayudado a Marcas a ser más competitivas, has ayudado a personas con sus sueños, con sus retos, con sus miedos, con sus problemas, con su futuro.
Desde la carnicería de la esquina que ahora ofrece algo distinto a la gran superficie, pasando por esa PYME de barandillas que busca internacionalizarse, o creando ese nuevo banco que quiere cambiar las reglas.
Un trabajo que te exigirá análisis, algo de matemáticas, estadística, investigación de mercados, sociología, psicología, mucha ciencia, y mucho arte, creatividad; te exigirá innovar, buscar soluciones a problemas que jamás se han planteado, y que no podrás buscar en ningún libro. Te exigirá conocer mucho de todo, y estar un paso por delante de los demás y de ti mismo. Te exigirá ser preciso con tu tiempo, y excelente en lo que haces, pero rápido en la toma de decisiones y en la improvisación. Te exigirá trabajar en equipo y entender a mucha gente, y que mucha gente te entienda a ti.
Te levantarás una mañana y harás un nombre, o escribirás el manifestó por el que 16.000 empleados estarán orgullosos de trabajar donde trabajan, o permitirás que Rodrigo el de la PYME consiga que sus clientes le vean de otra forma. Valorarás una identidad junto con el equipo de diseño, o trabajarás junto a un músico para seleccionar la canciones que encajan con la nueva Marca.
Te levantarás una mañana y nadie hará caso de lo que dices, y tus clientes te cuestionarán, pero te levantarás una mañana y alguien te dará las gracias por ayudarle en su camino.
No cambiarás Marcas, cambiarás la forma en la que las personas se relacionan con ella, y eso cambiará la Marca.
Ciencia, arte, ingeniería, arquitectura, economía, psicología, filología, coaching, música, interiorismo, producción gráfica, audiovisual, digital, organización, comercial, innovación. Y sobre todo la capacidad de tener que ser un experto en cada una de las categorías en las que trabajas, ya sea farma, banca, ingeniería de turbinas, o de zumos.
No conozco otra profesión en la que tantas ramas discurran en un mismo sentido, en el que tantas cosas sucedan al mismo tiempo, sólo por una simple razón, las personas.
Una profesión enfocada a las personas, a sus problemas, a sus necesidades, a su mundo. Grandes o pequeñas, las marcas están formadas por sus gentes, tanto empleados como audiencias, sus sueños y sus necesidades.
No cambiarás el mundo, ni siquiera lo moverás, pero harás que otros lo hagan por ti.
Por eso cuando alguien me pregunta qué es eso del Branding, siempre les digo que más que una disciplina, es una forma de vida.
En fin, Branding.Love.
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