Desde los Griegos, pasando por los Romanos, las civilizaciones se han forjado a base de conquistas, a base de victorias y de derrotas.
Somos un pueblo conquistado, todas y cada una de nuestras naciones han sido sometidas y liberadas en algún momento de nuestra historia.
El éxito y duración de las conquistas, dependía en gran medida de los modelos de integración y asimilación cultural y religiosa que eran capaces de aplicar. Así como la propia dependencia del estado central y los organismos de control y gobierno.
Los Romanos tuvieron éxito integrando culturas en un modelo social hasta que la distancia con la poderosa Roma fue insalvable. Los Árabes dominaron nuestra península más de 800 años pero no llegaron a integrar nuestras culturas.
La conquista de un espacio no garantiza la permanencia del mismo, ni su buen funcionamiento.
Si algo hemos aprendido estos siglos, es que en un proceso de integración debe existir una buena asimilación cultural. De lo contrario, todo se desmorona rápido.
Aprendizajes que nos los podemos llevar al Branding, y a la titánica tarea a la que nos enfrentamos cuando nuestra compañía adquiere otra empresa y queremos consolidarla bajo nuestro paraguas.
Cuando una empresa compra otra, no sólo adquiere su negocio, sino que también adquiere su cultura, su gente, sus valores, su vida.
El éxito o fracaso de la operación, a parte de lo que ya vimos en otro artículo (Fusiones y Matrimonios), también pivotará sobre nuestra capacidad de activar la Asimilación Cultural de las partes.
Existen varios modelos de Asimilación Cultural:
Asimilación por enriquecimiento
Se produce cuando la cultura que adquiere o adquirida es superior en términos competitivos y la Marca tiene una gran reputación. Es un ejemplo en el mercado, es deseada y no supone ningún esfuerzo porque el resto está deseando subirse a ese barco. Se hacen concesiones directas sin esfuerzo.
Es lo que sucedió históricamente con los Griegos cuando fueron conquistados por los Romanos, la cultura helénica invadió literalmente la vida romana transformando al conquistado en algo mejor.
Asimilación por integración
Es un proceso más lento, se da cuando se lleva a cabo un plan de integración cultural, en el que ambas culturas se fusionan en una sola que declina en ambas compañías. La suma de las dos garantiza una tercera que mantiene parte de la esencia de la empresa a integrar, lo que facilita el tránsito.
Los romanos impregnaban de forma progresiva su cultura y costumbres dejando convivir las culturas, costumbres y religiones nativas, creando así una subcultura que hace único a cada pueblo, pero con un eje común para todos.
Asimilación por la fuerza
El peor de los casos, cuando intentamos integrar la nueva compañía imponiendo nuestro sistema, cultura, valores y creencias sin tener en cuenta la realidad de los demás. Esto genera enemigos internos y figuras capaces de dinamitar desde dentro nuestros objetivos.
Uno de los casos históricos que más conocemos está en nuestro país y nuestro torpe intento de someter a las culturas nativas de América latina, o los británicos en América del norte. Ambos casos resultaron en rebelión e independencia de las zonas conquistadas.
Sea cual sea el modelo, es importante tener en cuenta que no estamos conquistando a nadie, sino simplemente integrando en nuestra realidad otras con matices distintos. Podemos hacerlo por las buenas, o por las malas, pero sólo hay una forma de tener éxito.
Las Marcas son la suma de todas sus culturas, gentes y voluntades. Hacer que esas culturas, gentes y voluntades sean complementarias, es asegurar nuestra supervivencia.
En fin, integra y vencerás.
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