Allí donde empiezan tus sueños, reposan tus días, donde imaginas el mañana, dónde quieres a los tuyos, dónde guardas tus lágrimas y coges tu impulso. Allí dónde las cosas importantes están. El Hogar.
No hay nada más personal que tu hogar, tu casa, tu sitio, tu mundo. Un espacio dónde sólo entra lo realmente importante, dónde las personas que lo habitan son las que quieres que estén él.
Es como nuestro pequeño mundo en el que nos rodeamos de lo que realmente queremos. No hay persona, objeto o cosa que no exista en él si no lo hemos querido. Quizás es de los pocos espacios en los que somos 100% dueños del mismo. (aunque sea del banco! )
A veces hablamos largo y tendido de lo importantes que son las Marcas en nuestras vidas, y de lo poderosas que son unas respecto a otras, de lo que vale una gran Marca y de lo que son capaces de conseguir en los mejores indicadores económicos.
Pero a veces se nos olvida que las Marcas más poderosas, aquellas que realmente queremos en nuestras vidas, aquellas que forman parte de nuestro despertar, de nuestros lloros, sonrisas, y emociones, aquellas que están presentes en lo que realmente importa, son las que entran en tu hogar.
¿Qué Marca es más valiosa para ti Colacao o General Electric? ¿Sí? Ahora pregúntale a uno de esos rankings en qué puesto está Colacao…
Las Marcas poderosas son aquellas que forman parte de tu vida.
Hace unos días, una compañera, la directora de estrategia de Brand Union, Almudena Clemente, en una de sus clases en el Máster de Publicidad de la Universidad Complutense, le preguntó a sus alumnos una sencilla pregunta: ‘¿Qué Marca sería insustituible para ti?’
Sorpresa. La verdad es que las respuestas fueron si no extrañas, sorprendentes, ya que esperas un tipo de respuesta más esteriotipada que la que encontramos.
Lo sorprendente es que las Marcas que no sustituirían eran en su mayoría aquellas que han vivido con ellos en su hogar. Aquellas que han forjado historias, han estado presentes en momentos emocionantes, han sido un icono recurrente en su visión matutina o han estado a su lado en aquellos momentos entrañables.
‘Me recuerda a cuando me peleaba con mi hermana’, ‘Aquel olor es inconfundible’, ‘La textura y suavidad de aquellos momentos de cuidados’…
¿Nike, Google, Amazon, Starbucks, Abercrombie, Beats?... pues No… ColaCao, Hacendado, Orlando, Nivea, Fontaneda, Milupa, Gallina Blanca..
Marcas básicas, de alimentación, cuidado e higiene, quitando al todo poderoso Apple, el resto Marcas que han crecido con nosotros, que fueron capaces de estar ahí cuando ni siquiera sabíamos que estaban.
Es curioso, pero no extraño, ya que el ser humano en su infancia es capaz de crear fuertes vínculos asociativos entre estímulos y momentos. El olor de un batido y el momento de sonreir con tu hermano, el sabor del tomate y el momento entrañable de la familia en la cocina, el olor de la crema y las caricias de tu madre.
Marcas que han sido capaces de entrar en nuestras vidas de forma cotidiana, de forma sensorial, marcas que han forjado a fuego su legado en nosotros.
Porque no son Marcas, son Recuerdos.
Marcas que impactan de lleno en los estadios más básicos de nuestra Pirámide de Maslow, que están presentes en esos momentos en los que nos forjamos como personas, que suplen nuestras necesidades más inmediatas y nos permiten seguir evolucionando.
Las Marcas que entran en nuestros hogares construyen entornos poderosos de exposición, interacción, estímulo y pregnancia, Marcas que si fueran un anuncio no podrían medirse en GRPs.
Tendemos a pensar que las Marcas se construyen ahí fuera para que las llevemos a casa, pero realmente las Marcas se hacen Marcas cuando consiguen formar parte de nuestras vidas, a diario, activando sensaciones, vinculándose a emociones, siendo algo más que una Marca, siendo parte de tu hogar.
Así que aquellos que piensen que una Marca de Galletas, de Papel Higiénico, o un Zumo, no puede ser la Marca más poderosa del mundo, es alguien que no ha tenido un hogar.
En fin, lo que entra en casa, importa.
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