Las personas somos tanto como el mensaje que dejamos al mundo. Es nuestro legado, nuestra historia y aquello por lo que nos recordarán.
No importa lo que hayas hecho, sino lo que haya significado para alguien.
La vida trata de esto, de transmitir mensajes. Es en lo que se basa nuestra sociedad y nuestra evolución. Transmitimos mensajes en forma de historias, conversaciones, gestos, relaciones. Los mensajes forman parte de nuestras comunicaciones, redes, satélites, conexiones entre aparatos, sistemas.
Si a las personas se nos mide por el legado de nuestros mensajes, a las Marcas también.
Cuando hablamos de Branding, tendemos a hablar de Identidades Visuales, Propuestas de Valor, e incluso de Tono de Voz, pero al final siempre hay algo que lo materializa por encima de todo, algo que lo define, lo expresa y lo proyecta, el Mensaje.
Si bien el Logo, parte de la Identidad Visual, intenta proyectar al mundo lo que somos, el Mensaje nos define.
Aquí en Branzai hemos hablado mil veces sobre el Tono de Voz, parte de nuestra Identidad Verbal, y lo importante que es poder transmitir nuestra personalidad a través de recursos lingüísticos, semánticos y sintácticos, pero al final es como el Logo, no deja de ser una declaración de intenciones que nos prepara para una percepción.
Pero el Tono de Voz sin un Mensaje poderoso, es como un Ferrari con pedales, luce mucho pero corre poco.
El Mensaje otorga de contenido a la Marca, nos habla de ella, de lo que quiere del mundo, de lo que está dispuesta a dar, de lo que defiende, de cómo ve la vida y lo que nos propone. El Mensaje tangibiliza nuestra Propuesta de Valor.
He visto muchas grandes Marcas sin un gran logotipo, pero no conozco ninguna sin un gran Mensaje.
No son pocas las ocasiones en las que dedicamos esfuerzos enormes en intentar proyectar con nuestra Identidad Visual aquello que queremos ser, y no le dedicamos el tiempo suficiente en construir los mensajes adecuados que llegarán a conformar la verdadera realidad.
De hecho, un buen ejercicio de Mensajes de Marca previo es fundamental para plantear una gran Identidad, para tomar el pulso a la Marca.
Invierte en que tu mensaje lo recuerde el mundo, porque tus colores jamás serán solo tuyos.
En fin, menos logos, más madera.
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