Una de las marcas más valoradas del planeta, con más seguidores que la población de varios países juntos, 125 millones de fans, y con una de las trayectorias más exitosas de su categoría a nivel mundial. El Real Madrid.
Pero una gran Marca no se mide por su tamaño, sino por lo que valen sus valores.
Las Marcas tienen varios objetivos, y entre ellos el de cuidar sus activos más valiosos, que las hacen competitivas, diferenciales y productivas, activos que no pueden imitarse o copiarse, que son únicos e insustituibles, sus empleados.
El episodio que acabamos de vivir entre el Real Madrid, una Marca reconocida, e Iker Casillas un Activo de Marca único, es un claro ejemplo de lo que una Marca no debería hacer jamás.
Parece que el Real Madrid es capaz de invertir centenares de millones de euros en marketing, comunicación y publicidad, en fichajes, giras y obras faraónicas, pero no es capaz de planificar mínimamente una salida honorable a uno de sus principales baluartes de los últimos 15 años.
Una salida en el mes de Julio, considerada por muchos como una ‘puerta trasera’, más bien propia de cualquier jugador mediocre que no cuajó durante la temporada con un modesto adiós. Un adiós de 2.000 aficionados en un campo en el que caben más de 80.000 almas. Una salida improvisada, con sus compañeros en la otra parte del planeta, sin personalidades históricas que compartieron camiseta con él, sin un campo lleno cantando su nombre, una salida que se mostró antes en prensa que por boca de la Marca.
Pero se trata de Iker, no simplemente el portero que ha dado gran parte de los títulos de la historia reciente del Real Madrid (19 copas), sino quien permitió soñar a un país entero, vibrar y disfrutar con 3 títulos históricos. No se despide parte de una Marca, se despide parte de un país.
Una Marca la conforman los valores que es capaz de transmitir, hacia dentro y hacia fuera. Y esos valores tienen la misión de retener el talento y atraer nuevo. Si una Marca que ha contado con un empleado capaz de llevarla a lo más alto, es capaz de terminar una relación de esta forma con uno de sus máximos activos… ¿Qué puede esperar el resto? ¿Qué mensaje lanzas al mercado? ¿Está a la altura de un líder?
Un líder está por encima de las circunstancias y la humildad le hace grande. Más allá de sus intereses, de si la salida fuera merecida o no, el estar a la altura de la figura y el talento, marcan la diferencia.
Una salida que comparamos con la de Xavi del club rival y deja mucho que desear, nada que ver. Planificada, verbalizada por el jugador con el apoyo del club, la familia, jugadores y afición. Respeto, honor y humildad. ‘Més que un Club’, una lección de comportamiento de un líder para con sus activos, su afición y el espejo en el que muchos se miran ahí fuera.
Las Marcas son fruto de los valores que activan en sus actos y nos muestran en sus pasos.
En este caso, el Real Madrid sólo activó el de la indiferencia, un club frío, distante y poco humano, un conjunto de mecenas que buscan la alta rentabilidad más allá del vínculo emocional con su gente, una empresa más que un sentimiento.
El éxito deportivo no sólo se encuentra en el campo, sino fuera de él. Y este partido, por mucho que algunos crean haber ganado, lo han perdido de goleada.
En fin, Iker un grande.
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