No basta con parecerlo, tienes que serlo. Es quizás es una de las frases más recurrentes de los libros de autoayuda.
Tiene que ver con la importancia de ser consecuente con lo que eres, con la necesidad del ser humano de proyectar lo que queremos ser.
Da igual que parezcas simpático si luego no lo eres, da igual que parezcas formal si luego no lo eres, da igual que parezcas una persona si luego no lo eres. ¿En serio?
Vamos a replantearnos un momento este punto. ¿Necesitamos tener un carácter interior extrovertido para parecer extrovertidos? ¿O basta con comportarte como extrovertido aunque no lo seas?
Preguntemos a los millones de comerciales que hay en las calles. ¿Son todos tan simpáticos en su día a día? ¿A todos les importan los problemas de los demás en su vida normal? ¿Son todos tan amables cuando nadie les ve?
Siendo justos, somos lo que los demás creen que somos.
No importa lo que te mueva, no importa en lo que creas, no importa lo hagas cuando nadie te ve, lo que importa es lo que ven de ti los demás. Nadie puede juzgarte por algo que para esa persona no existe.
Llevado al mundo de la Marca esto adquiere una nueva dimensión, muy parecida. La gente nos conocerá por lo que ven. ¿Las Marcas son la suma de todo lo que hacen? No, las Marcas son la suma de todo lo que ves, por lo que las marcas son la suma de todo lo que percibimos en cada uno de sus puntos de contacto. Como las personas.
En este punto, la percepción, para una Marca es vital. Si lo eres y no lo pareces, no te molestes que nadie lo sabrá.
Tendemos en nuestra disciplina, a elevar el discurso de Marca hacia una Propuesta de Valor que proyecte lo que queremos ser, hacia unos Valores que nos muevan e integren la compañía, hacia la Personalidad que expresará al mundo la forma que tenemos de hacer las cosas, pero solemos pensar que al final la Identidad Visual, el logotipo, será una consecuencia, un resultado de este proceso.
Pero, ¿Y si no fuera así? Y si lo primero que ven de ti, tu Identidad es un freno para conocerte, es una barrera para activar todo lo demás, y si tu Identidad fuera, en cierta manera, más importante que lo que prometes.
No son pocas las Marcas que se esfuerzan en construir un espacio competitivo poderoso y que pretenden capitalizar una experiencia y saber hacer de alguna forma, y no son pocas las que torpemente no consiguen proyectarlo en aquello más básico, su logotipo.
El Logotipo, en las últimas décadas ha quedado relegado como el actor secundario de la Marca. Ese elemento que parece no importar demasiado si el resto de cosas que hacemos está bien enfocado. La consecuencia de la estrategia, el resultado del proceso, el último en aparecer en escena.
Tendemos a creer que el logotipo tiene un impacto menor en el desarrollo de una Marca que su propuesta de valor, o que la forma en la que atendemos el call-center, o la calidad de nuestros productos. Pero lo cierto es que por sí mismo, es una herramienta muy poderosa.
El Logotipo es la forma que tenemos de decirle al mundo sin hablar, lo que somos, y lo que se puede esperar de nosotros.
¿Creemos que somos líderes, internacionales, modernos, creativos e innovadores? ¿Está eso reflejado en nuestro logotipo? ¿No? ¿Y cómo esperas transmitirlo al mundo?
El Logotipo puede convertirse en un punto diferencial para una compañía, una herramienta que lidere un cambio o un ariete que empuje la Marca. Desde la creencia de reflejar al mundo lo que somos a través de nuestra Identidad, podemos empujar ese sentimiento hacia dentro y alinear nuestra compañía.
Es mil veces más sencillo convencer a un CEO que necesita renovar su Logotipo para mostrar con orgullo lo que realmente somos al mundo, que decirle que necesita una nueva propuesta de valor o unos valores de marca reformulados.
La Marca es la suma de mil cosas, y el logotipo es simplemente una parte de ello, pero para parecer lo que eres, es una de las partes más importantes, y a veces parecer lo que quieres ser, te mueve a serlo.
El cambio no siempre tiene que originarse de forma estratégica, sino que el diseño es capaz de empujar un cambio estratégico.
No puedes ser considerado un gran atleta sin equiparte en condiciones, y cuando te equipes en condiciones podrás ser un gran atleta. Simplemente, a veces, cambiar la percepción más superficial, nos ayuda a construir nuestro auténtico yo.
La Marca no es un Logotipo, pero el Logotipo puede ayudarte a tener una Marca.
En fin, el diseño importa.
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