Estimado Sr. Presidente de la Compañía,
Hola, soy su Marca. No, no el símbolo ni los colores que lleva usted en su tarjeta, al que llama logotipo, ni tampoco el último anuncio que ha visto de su compañía en televisión. Soy su Marca.
Lo que le representa, el fruto de lo que, la compañía que usted dirige, hace. Es decir soy un reflejo de su dirección.
Me pongo en contacto a través de esta carta, para presentarme y para sugerirle unas cuantas cosas que parece que su equipo no se atreve a decirle. Esto último siempre me sorprende, quizás porque soy una marca y no una persona, y no tengo miedo que usted me fagocite y me coma en trocitos, que es lo que parece que les suceden a los humanos cuando piensan en hablar con el presidente de la compañía.
Imagino que debe construir esas leyendas para intimidarles y tenerlo todo bajo control, pero seguro que es usted una buena persona, de esas que han llegado a liderar grande equipos porque saben escuchar y aceptar las opiniones de los demás. Porque imagino que si exige trabajar en equipo a los suyos, usted también lo hará.
Básicamente lo que le quería decir es que algunos de sus chicos están tristes. Tristes porque se atrevieron a embarcarse en un proyecto conmigo, su marca, para hacerme mejor, para hacer que usted tuviera una compañía más sencilla de dirigir, más competitiva y mucho más cercana a lo que quieren sus clientes, que lo que tiene hoy.
Después de meses de esfuerzos, de luchas y trabajo de decenas de personas, me tienen a mí, una marca renovada.
Por lo que le pido, que evite emitir juicios de valor sobre el trabajo realizado, si no ha estado involucrado en el mismo. Que no juzgue un trabajo de un año, en diez minutos en una comida. Que le dedique a su marca, el tiempo que le dedica a sus inversiones, porque lo crea o no, es lo que soy, su inversión de futuro. Su mejor inversión.
‘El logo más grande’, ‘No me gusta el blanco’, ‘Aquí no veo a mi empresa’, ‘Prefiero otra fotografía’, seguro que son grandes frases para dedicárselas a sus hijos cuando hagan los deberes, pero no para su marca. Porque su marca representa a toda su compañía, y ha sido fruto del trabajo de unas personas que usted contrató para preocuparse por ello. Confiar en el trabajo de los profesionales que usted ha designado para ocuparse de algunos temas, es demostrar que cree en su talento. En su talento por dirigir una compañía.
Imaginamos que no considera inútiles a sus empleados y por eso están ahí, sino fuera así, inútil sería quien los designa creyendo que lo son. ¿Verdad?
Y debería entender otra cosa. Quien compite ahí fuera soy yo, quien conecta con sus consumidores, soy yo. Quien mantiene a la competencia a raya, soy yo. Por lo tanto, quizás, es usted quien debería hablar como yo, vestir como yo, comportarse como yo, y tener su ego tan grande o tan pequeño, como el mío. Y no al revés.
Porque señor presidente, si alguien de los dos sobra en esta sala. Es usted.
Atentamente,
Su Marca. (Directora General de Presidencia)
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