Muerte, miedo, destrucción, guerra, sangre, sufrimiento, liberación, caos, daño, fuerza, dolor. Son atributos que podemos otorgarle a una sola marca.
Si imaginamos al malo de la película portando un arma de fuego, estamos seguros que muchos visualizaréis una de las marcas más infames de todos los tiempos. Una marca que nace al amparo de la guerra fría y se asocia con rebeldes, terroristas y algunos de los ejércitos más poderosos del planeta.
Kalashnikov, es quizás una de las marcas de armamento más conocidas del planeta, tanto por profesionales como por el público general.
La marca que lleva nombre de su inventor, un militar ruso de alto rango que dio forma a una de sus míticas enseñas, la AK-47. Ampliamente utilizada durante décadas hasta la fecha de hoy.
Un compañía que ha crecido tanto en los últimos años que casi el 80% de su producción se exporta a todos los rincones del planeta. Desde el África más septentrional, hasta el más profundo Oriente Medio. Una marca que ha transportado la guerra a sus espaldas.
Pues esta histórica marca afronta una nueva etapa. Hoy en 2014, después de más de 60 años facilitando la muerte en nuestro planeta, ha decidido reposicionarse, reorganizar su arquitectura de marca y estrategia de negocio.
En realidad, esto no es noticia. Cualquier marca con más de 60 años debe pasar por esto tarde o temprano, y es necesario para seguir creciendo y siendo competitivos.
Lo realmente relevante es el giro inesperado a un posicionamiento que se ha construido a base de gotas de sangre, vidas cobradas y países conquistados. Un giro que no esperaba nadie.
‘Protector of Peace’. Es la nueva propuesta de valor del grupo empresarial ruso que comercializa más del 95% de las armas ligeras de los países comunistas y más del 50% de los subfusiles de medio planeta.
Una propuesta de valor que tiene como intención armar al planeta para protegerse de los demás. Para garantizar la paz, es obvio, que no hay nada mejor que ir armado con un subfusil de asalto y un par de granadas, por ejemplo.
Para garantizar la paz, la compañía prevé doblar su fabricación y multiplicar por 4 su facturación en 2020, gracias a la incorporación de nuevas líneas de negocio dentro de su arquitectura.
Es cierto que los ejércitos de medio mundo hoy se posicionan bajo el concepto ‘Defensa de la paz’, aunque eso suponga iniciar guerras. Y el movimiento de la marca camina en este sentido, en alinearse con sus audiencias principales.
Kalashnikov seguirá suministrado armamento ligero para combatientes, Izhmash rifles de precisión de larga distancia para el tiro deportivo, y Baikal armamento de caza con una línea de ropa y cuchillos propia.
Una arquitectura multimarca para introducirse en nuevos mercados y segmentos sin transportar la historia de un drama.
Estrena nueva identidad corporativa, completamente renovada, tanto para su reciente marca Grupo Kalashnikov, como para sus diferentes marcas de producto. La que más nos llama la atención es la mítica marca que lleva el nombre del grupo, que convierte su K en el símbolo reconocible de su arma más histórica y su cargador característico. (Ver vídeo corporativo)
Algo que no deja de asombrarnos, ya que la marca estará presente y visible en los nuevos rifles de asalto, así como cargadores. ¿Quién dijo que la muerte no tenía marca?
Sin más, un movimiento como poco llamativo, con una propuesta de valor muy lejos de lo que el mundo espera hoy de las marcas. Si bien es cierto que para su público objetivo puede llegar a ser interesante, o no.
No cuestionamos la estrategia de la compañía, que puede ser acertada para su crecimiento y para su público objetivo, pero sí cuestionamos la puesta en escena en sociedad, no es precisamente una marca que deba exponerse mucho a la sociedad que la mira con horror.
En fin, la muerte una vez era marca blanca.
COMMENTS