Seguro que alguna vez has oído hablar del mito griego de Dédalo e Ícaro, y de cómo el segundo perdió sus alas al pretender volar muy cerca del sol. Algo parecido le ha ocurrido a una de las marcas más poderosas a nivel internacional (metafóricamente, claro).
Recientemente, ha salido publicado en la prensa la siguiente noticia:
Redbull pierde las alas
Una bebida gallega gana dos pleitos al gigante austríaco por el diseño de su logotipo
Fuente: www.elpais.com 26/09/2014
La bebida gallega en cuestión se denomina “Pink cow” y es un refresco sin alcohol y bajo en calorías, enfocado a ser parte de combinados y cócteles para gourmets, dirigido principalmente a un público femenino. Está elaborado a partir de extractos vegetales que al parecer, agitan nuestras endorfinas produciendo en nuestro organismo un ligero efecto de placer y felicidad.
Su creador es Flavio Morganti, un restaurador y escritor italiano afincado en Ourense que observó un nicho de mercado dejado por la marca del toro rosso, una marca más bien “masculina”, y abordó el sector de las bebidas energéticas con un producto diferente:
Pink Cow
Mujeres, gourmets
Sofisticación y glamour
En ambiente distendido, para realizar cócteles
Para crear su imagen, Morganti afirma que se inspiró en las vacas puesto que, para él, son un tótem de la feminidad y además, todo un símbolo dentro de la gastronomía gallega.
En conjunto, una propuesta de marca audaz e imaginativa, que rompe con los códigos clásicos del sector (véase la propia Red Bull, Burn o Monster), si bien se permite una pequeña licencia en su imagotipo, apropiándose la marca de la vaca unas alas que bien famosas ha hecho la marca del toro.
El error de Red Bull: ponerlos en el foco
Cualquier marca está en su pleno derecho y debe proteger su imagen de marca, más aún si es el líder absoluto del mercado, ya que será atacada por el resto de competidores del mercado, y en multitud de ocasiones de forma desleal y fraudulenta. No en vano, cualquier aproximación a ella puede resultar muy beneficiosa: Red Bull facturó la friolera de 4.390 millones de euros durante 2013, vendiendo más de 5.226 millones de latas.
Una máquina de hacer dinero que decidió denunciar a la pequeña marca gallega ante la OAMI, la agencia reguladora de marcas a nivel comunitario, que dictaminó que no había confusión alguna entre ambas marcas porque las diferencias son claras y evidentes:
“no es lo mismo una vaca alada que levita pacíficamente que dos toros enfrentados que van a entrar en combate”.
¿Qué necesidad tiene la marca que fue capaz de llevar a un hombre a la estratosfera de fulminar por la vía legal a una bebida desconocida para el gran público que tan siquiera compite en su mismo segmento?
¿Qué es lo que ha conseguido Red Bull?
Además de lo obvio, que es perder 2 procesos judiciales, es otorgar a Pink Cow de una visibilidad de la que carecía hasta ahora. Es decir, la ha puesto en el mercado.
De la multitud de fórmulas comerciales (desde crear un nuevo producto y entrar en el mercado, hasta intentar comprar la marca) han optado por la menos efectiva.
Y es que, al igual que Ícaro, el toro rojo dejó que sus alas lo catapultasen hasta la estratosfera, y en lugar de ver las cosas con perspectiva, embistió con toda su fuerza… y falló.
Por Fran Estevan - Autor
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Una Lección:
Por Iván Díaz - Nota de Editor
Esto nos ofrece una lección, a pesar que Red Bull estaba en su derecho de poder intentar proteger un activo de marca e imaginario, y como cualquier marca internacional protegerse en cualquier categoría o segmento, pecó de ingenuidad.
Debería haber detectado que había ciertos 'assets' que no tenía propiamente registrados, o imaginarios que no quedaban bien resueltos en la imagen de marca. Un 'te da alas' no corresponde con dos toros enfrentados en una botella.
Ser coherente con lo que haces, dices y proyectas es importante para construir una marca y protegerla.
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