¿Cómo se formó el universo. Qué había antes. Cuándo se apagará el sol. Habrá vida en otros planetas. Cómo sería nuestro planeta sin nosotros o Cómo se crea una tendencia?, son preguntas que nos encantaría responder.
La expansión del universo, como la creación de una tendencia, tiene una parte de ciencia y otra de misterio, claves no resueltas que desde luego no lo haremos aquí.
Lo interesante de ello, de las tendencias, es cuando se convierten en modelos de comportamiento y pensamiento que calan en sus audiencias y conforman actitudes. Un modo de entender la vida, de identificarse y vivir de una forma determinada.
Hoy practicar running no es una tendencia, es una actitud que muestra un sentimiento, entender la vida de forma saludable, donde puedo controlar lo que hago y muestro al mundo que los retos pueden superarse.
Las marcas llevan años intentando sumarse a este complejo sistema de actuaciones humanas. Llevan años intentando crear actitudes para involucrar a sus audiencias en ellas, ya que eso permite que la marca forme parte de sus vidas y exista una conexión mucho mayor.
El problema es que las actitudes, no las crean las marcas, sino las personas que las viven. Las marcas sólo pueden crear el contexto adecuado para que eso surja.
Vivir la vida de forma despreocupada, ser felices, superarnos cada día, ser más responsables, ver el mundo con otros ojos. Son contextos actitudinales que servirán para que muchos o pocos creen su actitud al respecto.
Pero las marcas lo único que pueden hacer es dotar de contenidos estos contextos, aportar formas de activarlos y acompañar a sus audiencias en el proceso.
Dove ayudó a crear una actitud frente a la belleza natural, Nike y RedBull sobre tener una actitud de superación, Desigual sobre vivir la vida a tu manera de forma egoísta, etc…
El problema sobreviene cuando la Marca cree que puede crear una actitud y pretender que alguien la siga. Error.
Las marcas no son dueñas de lo que el consumidor hace con ella.
En este caso Samsung, se ha sumado al carro de las voces que dicen que la era ‘Hipster’ (movimiento de los 40) ha muerto. Adiós a las barbas extra largas, a las camisas hawaianas, y los tatuajes de exhibición.
Samsung ha pensado que era la hora de aprovechar este momento y proponer a sus audiencias el nacimiento de una nueva Actitud. Una nueva forma de entender la vida, y las cosas que hacemos.
‘Yo no hago Brunch, yo desayuno tarde.’, ‘No me pongas un me gusta, dímelo’, ‘Mi vida sin etiquetas’…
Pues es curioso, porque Samsung ha decidido ponerle un nombre a esa etiqueta, ‘Alpha Attitude’, curiosamente, igualito que el nuevo móvil que promociona con esta campaña ‘Samsung Galaxy Alpha’.
Errores varios:
Una Marca puede crear un contexto que genere una actitud, perfecto, pero no puedes ponerle nombre, porque es el consumidor quien decidirá cómo la activa, cómo la vive y cómo la llama. Si no es suya, no le vale.
Una Marca no puede conectar una actitud propia de un consumidor y utilizarla para un producto. No hemos visto un iPhone Hipster, ¿verdad?, la marca no puede apropiarse de una parte de la vida de sus consumidores, deja de tener credibilidad, es oportunista y un acto de soberbia hacia sus audiencias.
Por último, crear un contexto no significa crear las reglas, sino alimentar un pensamiento, inspirar a un consumidor, hacerle pensar hacia dónde puede dirigirse.
Ya lo dijimos hace poco, las marcas no deben ser aspiracionales, sino inspiracionales, tienen que ser capaces de hacernos sentir que somos los dueños de nuestra vida y que llegamos a esos puntos porque queremos llegar, no porque nos lo dicen.
Resumiendo, tener una actitud frente a la vida es una decisión personal que una marca puede reforzar dándonos aquello que necesitamos para cumplirla. Pero en ningún caso, ofrecerse para que la tengamos.
En fin, no es quien más grita, sino quien más significa.
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