Una marca se reduce a un significado poderoso que construye valor y preferencia entre sus audiencias.
Por lo tanto, cuanto más enfocada esté una marca, más relevante podrá ser ese significado, y así hemos visto el nacimiento de algunas marcas poderosas.
Lo explicamos en su momento, y lo recordamos hoy, GoPro nació con esta idea, ser alguien muy relevante para un público objetivo muy concreto, ofreciendo una nueva experiencia en el que el protagonista no era la marca, sino el propio consumidor.
Una propuesta que nos proporcionaba el poder de ser Héroes de nuestros cuentos, de mostrar al mundo quienes somos y qué hacemos, de compartir nuestras vivencias y de ser los auténticos protagonistas de las mismas.
Esto conectaba con la nueva pirámide de Maslow (Pirámide de Maslow 2.0) y conectaba con la hiperpersonalización, y con la capacidad de vivir a través de una propuesta de valor de marca. En fin, un ejercicio, PERFECTO.
Un ejercicio que en poco tiempo consiguió más consumidores enamorados de la marca, que Sony en toda su historia. Porque la marca había conseguido que sus consumidores la vivieran, más que la usaran.
Bueno, eso en lo positivo. En lo negativo es la brecha enorme que acaba de dejar, que otros van a utilizar.
Crearon un producto pensado para resistir golpes, polvo, agua, vibraciones, etc.. un producto pensado para ponerlo a prueba, para contar historias extremas que no podemos ver a diario.
Pero lo que realmente crearon fue un nuevo segmento de Personalización de Historias, y ahí ya se abren nuevos campos. Desde lo más extremo, a lo más cotidiano.
¿Por qué no enseñar en primera persona a mi mundo cómo pinto un cuadro? ¿Puedo hacerlo con una GoPro? Sí. ¿Pero utilizo lo mismo que uno que salta por un barranco? Sí. ¿Tengo las mismas inquietudes y valores? No.
Pues aquí entra Polaroid. Un hueco inmenso que ha dejado GoPro al no flexibilizar su propuesta de valor o trabajar adecuadamente la flexibilidad y alcance de su marca.
Polaroid estrena su Polaroid Cube, la renacida marca favorita del mundo ecléptico, del arte, del diseño, de la moda y de los geeks tecnológicos, lanza su nueva cámara experiencial en primera persona, pensada para contar historias de lo más cotidiano.
Un nuevo producto capaz de satisfacer las necesidades de ser los protagonistas de nuestras historias más cotidianas, de compartir en primera persona y de personalizar una experiencia.
Si vas a grabar como pides matrimonio a tu chica,¿ lo harías con una GoPro o con una Polaroid Cube?
Ahora GoPro se enfrenta al reto de enriquecer la marca para llegar a nuevos segmentos y consolidar su liderazgo como marca de experiencias en primera persona, o seguir apostando por lo deportivo y ser la marca especialista, con un mercado más pequeño pero más poderoso.
Decisiones que empiezan a ser urgentes ya que GoPro parece haber entrado en la zona de desgaste por la inflexibilidad de su propuesta. En los últimos meses la compañía del surfero Nick Woodmand ha sufrido pérdidas del 20% por el futuro incierto de la compañía.
Nuevas propuestas más económicas, más ligeras, más democráticas y más plurales aparecen como la de Polaroid y les está haciendo bastante daño.
¿Qué haríais vosotros?