Uber. Estamos seguros que hace dos meses existía la alta probabilidad que no hubieras escuchado esta marca, ni supieras quienes son, ni lo que hacen, ni mucho menos cómo podían ayudarte.
Pero hoy, es una de las marcas que más ha estado en la boca de los medios, de las conversaciones sociales, le los pasillos en la oficina y en las mesas de las cañas con los amigos.
La aplicación móvil de localización de transporte privado y compartido de personas intercity más grande de europa, salta a la primera línea a través de una campaña europea de protesta por el gremio del taxi, acusándola de competencia desleal y de servicio ilegal de transporte.
Una campaña que ha llevado a la huelga a los taxistas de media Europa y que ha puesto a Uber en boca de todos.
Al margen de las reivindicaciones contra Uber y otras plataformas Peer to Peer como Blablacar (concepto diferente de car sharing), nos queremos centrar en lo que tiene que ver con el branding, en este episodio más que curioso.
La principal campaña de comunicación contra Uber en Europa, se ha convertido en un boomerang de notoriedad y relevancia para la misma. Si alguien no la conocía, millones de taxistas la han puesto en nuestras vidas de una forma meteórica.
Un intento de hundir la App, ha dado como resultado un aumento en le reconocimiento, en la interacción y el contacto con la marca. De hecho, en Madrid, durante la huelga de taxis, incremento exponencialmente los servicios contratados con esta aplicación, generando nuevas interacciones de audiencias con la marca, y nuevas conexiones que deterioran aún más la situación del taxi.
Pero no todo son buenas noticias para Uber.
Cuando, no te preocupas de construir tu marca, alguien se preocupará de hacerlo por ti.
Cuando no te preocupas de explicar quién eres, qué haces, cómo lo haces y por qué eres importante para nosotros. Cuando no nos hablas, cuando no te muestras, cuando no sabemos nada de ti, alguien nos ofrecerá esas respuestas en tu nombre, y seguramente no serán las que tu marca le habría gustado dar.
Estos días han llenado a la marca de San Francisco de asociaciones como: ilegal, inseguridad, conductores amateurs, competencia desleal, piratas, peligro, desamparo en caso de accidente, etc.. y etc..
Seguramente todo tiene explicación y todo puede aclararse, pero el esfuerzo que tendrá que hacer Uber ahora para responder a esas preguntas de una forma suficientemente creíble para todas sus audiencias, será mucho mayor que si lo hubiera hecho desde un inicio.
Como siempre, la notoriedad es buena, siempre que tenga que ver con tu estrategia de marca y generación de valor.
En fin, nunca es tarde para reaccionar.
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