Vivimos en un mundo hiperconectado en el que formamos parte de un grupo, una comunidad, que comparte intereses, inquietudes, deseos y motivaciones. Hoy somos lo que proyectamos y la comunidad a la que pertenecemos.
Este nuevo entorno más social, ha dado pie a un nuevo tipo de relaciones, propiciada por la crisis y el paradigma global, nacen las relaciones colaborativas.
Consumo colaborativo, creación colaborativa, financiación colaborativa, política colaborativa. Al parecer creemos que hemos inventado el escenario del futuro, cuando realmente lo único que estamos haciendo es recuperar lo mejor de nuestro pasado.
Hoy decimos que queremos ser parte de una comunidad, pero reivindicamos nuestra identidad, que queremos ser parte de las decisiones y que se nos escuche. Algo básico en cualquier etapa de nuestra historia, desde que el hombre es hombre y se organiza en comunidades.
¿Cómo eran los mercados y relaciones humanas antes del sistema capitalista? ¿Cómo se financiaban las grandes empresas de la humanidad? ¿Cómo se decidía el poder en la antigua Grecia? ¿Qué rey podía sobrevivir al poder del pueblo?
Algo que hoy nos parece una revolución, han sido básicos durante siglos, y recuperarlos es volver a mirar atrás para aprender qué funcionaba y qué no, y de qué forma va impactar esto en nuestras vidas.
Hoy iniciativas como el Room Bed&Breakfast, el crowd founding, car sharing, banco del tiempo, etc.. son ejemplos reales que conviven con nosotros y construyen una nueva realidad que transforma nuestro futuro.
Una realidad que afecta a las marcas que nos rodean, creando un nuevo tipo de Branding que explorará nuevas formas de interacción, creación, gestión y activación de marcas.
Peer to Peer Branding
Hoy las comunidades esbozan el futuro de nuestros entornos y el de las marcas. Formadas por individuos con motivaciones e intereses compartidos, ejercen la fuerza y el poder de decisión sobre lo que les rodea.
Pueden ensalzar un partido político o hundir una marca. Pueden destruir un gobierno o salvar una causa. Pueden formar parte de ti o aislarte por completo.
Las Marcas, hoy, tienen que cambiar su forma de construir significados e interactuar con este tipo de comunidades. Ya lo explicamos en nuestro artículo ‘Sociedades de Marca’, en el que apuntábamos algunas de las claves para que las marcas de hoy puedan existir en este nuevo contexto.
Más allá de esas claves, las marcas que no formen parte de su comunidad, no podrán interactuar con ellas. Se acabó aquello de estar fuera y mandar mensajes que intenten conectar. Hoy la marca es un miembro más de la misma, que interactúa desde dentro y conforma la experiencia de forma muy personal.
Hoy las marcas no tienen que conectar con las comunidades, sino con los individuos que las forman.
No existe mayor defensor de una marca, que un miembro de su propia comunidad. Pero para ello, las marcas se enfrentan al reto de formar parte de la comunidad, cosa que no es nada sencilla. Aunque el verdadero reto es crear conexiones con cada uno de sus miembros, de forma personal, bidireccional y humana.
Con el objetivo de conseguir que las personas que forman parte de una comunidad se conviertan en embajadores de marca representando la misma frente al resto de audiencias.
Es decir, no buscamos ser relevantes para la comunidad en sí, sino para las personas que la forma de manera personal, dándoles las herramientas necesarias para que nos ayuden a propagar la marca desde dentro, de forma Peer to Peer. Pero, qué debe proporcionar la Marca a estos individuos para crear una relación de Peer to Peer Branding:
1.
Una idea clara, sencilla y activable de nuestra propuesta de valor. Deben poder entender por qué somos importantes para ellos.
2.
Una actitud que seguir. Debemos construir una actitud relevante con la que conectar con sus motivaciones.
3.
Una personalidad y un tono. Facilitar una forma de hablar, actuar y comportarse.
4.
Hacerle partícipe, decisor y convertirlo en un miembro importante de nuestra marca. No de nuestra comunidad, sino de nuestra actividad como marca. Información de primera mano sobre lo que hacemos y lo que proponemos.
5.
Transparencia, accesibilidad y diálogo. Proponer un entorno en el que sea fácil conectar con nosotros, saber de nosotros, hablar con nosotros, ser uno más de los nuestros. Aumentando el sentimiento de pertenencia.
6.
Interacción y recompensa. Como todas las relaciones colaborativas, necesita existir una interacción que genere recompensa o reciprocidad.
7.
Apoyo y soporte. Proporcionarle todo el material, productos, información y ayude que necesite para ser nuestro embajador y que pueda extender el mensaje a otros individuos de la comunidad.
El poder de un miembro de una comunidad es mayor que el de la propia marca. Crear relaciones personales con los miembros de una comunidad, es formar parte de la misma.
Si crees que tener una comunidad es abrir un grupo en Facebook, tu marca tiene lo días contados.
En fin, juntos somos más.
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