Conectados, sociales, compartir, juntos, fans, colaborativos, co-creación, coexistencia, sociedad, comunidades, colectivo, miembros.
Si hay algo que ha traído este nuevo entorno digital, es la hiperconectividad que parece haber declinado en un sujeto plural pasando del ‘yo’ al ‘nosotros’.
Una forma de incluir al individuo en el ruido de la sociedad y hacerle más compleja su reivindicación de su identidad.
Estamos hartos de escuchar que ‘somos’, nos ‘movemos’, ‘compartimos’, ‘nos gusta’.. un plural en el que estamos incluidos implícitamente y que ha tapado las individualidades por el bien común. Una corriente que nos ha arrastrado hasta la profundidad del océano, quedando ya muy lejos, esa orilla en la que nosotros teníamos nuestras prioridades, nuestros deseos y nuestra propia forma de entender la vida.
Hemos visto como estos años, las Marcas, y la sociedad en general, se han apalancado en construir comunidades, en fomentar el pluralismo y hablarnos de lo social, la amistad, el colectivo, el grupo..
¿Qué marca de cerveza hoy no te habla de amistad y compartir?
Para dar salida a las inquietudes del individuo frente a la comunidad, nacieron tendencias como la Hiperpersonalización, o el Empowerment, que surgen de la necesidad de pertenecer a un grupo y reivindicar tu propia posición e identidad en él.
Pero, ¿Es suficiente?. Es decir, ¿el ser humano sólo necesita reivindicar su identidad, o quiere que se centren en él?
El mundo en el que vivimos se ha vuelto muy impersonal, distante, alejado. La comunidad habla por nosotros, el grupo toma decisiones, no hay nombres, hay números: 100.000 followers. En esta amalgama de comunas, se empieza a poner de manifiesto una necesidad básica del ser humano, que dará que hablar en los próximos meses.
EL SURGIMIENTO DEL YO
El ser humano es egoísta por naturaleza. Forma parte de la supervivencia de cualquier animal, es nuestra herencia más primitiva.
El abandono del ‘Yo’, por un grupo, el suprimir una identidad por una comunidad, o el ser solidario en detrimento de tus propias necesidades, está potenciando un nuevo tipo de movimiento: El Yo Egoista.
Las Marcas van a tener que enfrentarse a individuos que han adquirido una actitud del ‘yo’. Lo que necesito, lo que me sirve a mí, lo que quiero. Mi vida.. Mis reglas.
Productos hiperpesonalizados con un tinte hedonista, individual, potenciando el poder de la persona de forma única, no ser como los demás, velar por sus propios intereses, vivir la vida a su manera, sin que nadie le diga como hacerlo.
Marcas Actitudinales están ya ahí. Marcas que prefieren ser algo poderoso para alguien, que una mas para todos. Marcas que proporcionan autenticidad, foco y hablan si tapujos de las auténticas necesidades que tenemos y ofreciéndonos una alternativa para cubrirlas. Pensando sólo en nosotros.
Vall Damm, Desigual, Jaguar, Diesel, Mó, etc.. son marcas que han sabido recoger la actitud más personal e individualista, proyectar un ‘Super Yo’ y ofrecer una puerta de escape a la masificación y la comunidad.
Hay algo que las Marcas no deberían olvidar, el ser humano está constantemente en modo dual, entre lo que debe hacer y lo que quiere hacer. Lo que dicen que es correcto y lo que desea. El poder ofrecer una salida a ambas inquetudes es tan importante como el escape de gas de una olla a presión, si la tapas, explota.
Y darle una salida, es incluir tu Marca en sus vidas, porque normaliza un sentimiento de frustración compartido.
¿Quién es más importante que tú?
En fin, para estar bien con los demás, es fundamental estarlo contigo mismo.
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