No solo los equipos de fútbol defienden sus colores. También las compañías, aunque a veces ese celo les lleve a tener problemas con la justicia.
Este el caso de Orange, la filial española de France Telecom, que entendía que debía hacer honor a su nombre (naranja en inglés) y registró en la Oficina de Patentes y Marcas el cuadrado de color naranja como un distintivo de su marca.
Jazztel recurrió esa exclusividad porque también se sentía con derecho a usar el naranja en su comunicación comercial y ahora el Tribunal Supremo le ha dado la razón.
Un ejemplo de que las Marcas necesitan construir elementos apropiables, no es lo mismo defender el Pantone Rojo Ferrari, que defender el color naranja o un olor a vainilla.
Fuente: Huffington Post
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