Las Propuestas de Valor de una Marca tienen mucho que ver con lo que prometen a sus audiencias, tanto de puertas para afuera como adentro.
Es una declaración de intenciones vinculante, que te marca el rumbo de la Marca y la compañía en todo momento. Es por lo que se mueve, por lo que respira y lo que cree.
Hay veces que las Marcas proyectan Propuestas de Valor excesivamente elevadas que luego son difíciles de gestionar.
Hoy conocemos la noticia de que Coca-Cola, la cuna de la Felicidad, despide en España 750 trabajadores, cerrando 3 plantas y recolocando a un total de 1000 empleados mediante un ERE.
Se han escrito libros sobre la Felicidad, se han dado congresos sobre la Felicidad, nos han invitado a ser Felices, pero para optimizar la gestión y eficiencia de producción y unificar procesos, 750 familias lo dejarán de ser. Más los empleos indirectos de las 3 plantas, proveedores, servicios auxiliares y demás.
Por su felicidad, se acaba la de los demás.
Bueno, una Propuesta de Valor no son cuatro palabras al aire, son una forma de pensar, actuar y ser consecuente.
No dudamos de la necesidad de la acción, pero seguro que esos despidos serán más 'felices' que si se dieran en otra compañía (indemnizaciones más altas, recolocación, planes de formación, apoyo a familias, etc..), ¿VERDAD?
En fin, hoy no soy tan feliz.
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