Si hace unos meses nos hacíamos eco de los diferentes giros de timón de Media Markt en nuestro artículo ‘De la Tontura a la Locura’, hoy no podemos dejar de comentar el último despliegue de la compañía.
En una época que las marcas necesitan ser más humanas, más cercanas, más reales, más respetuosas y cuando más necesitan ganarse la confianza de sus audiencias.. Media Markt se descuelga con esta campaña:
Un giro que lleva evolucionando años, del ‘Yo no soy Tonto’ con personas anónimas que capitalizaban la ‘compra inteligente’, a un modelo de ficción publicitaria cada vez más acentuado que acababa el año pasado en la teatralización del famoso Equipo A. Y hoy un último paso hacia la ficción y la deshumanización de la marca, el uso de guiñoles.
Al margen de que entre el grupo, se encuentre un guiñol independentista gallego, nos hacemos eco por varios motivos:
El Primero, la desconexión con la realidad cuando las marcas buscan humanizarse para que su público objetivo se sienta identificado.
El Segundo y quizás el más impactante para nosotros es la radicalización de la Propuesta de Valor.
Existe una línea muy fina entre animar a una compra inteligente y llamar a tu consumidor ‘tonto’. Hemos pasado del simple ‘Yo no soy tonto’, al genérico ‘No es país para tontos.’
Entre estas dos frases existe una diferencia conceptual, mientras en la primera, la marca se pone en primera persona y nos explica que existe otra forma de comprar más inteligente. En la segunda la marca queda fuera de la frase y nos habla desde otra posición no incluyente.
En una se personifica como ‘tonto’ y en la otra nos llama ‘tontos’ al resto.
Un matiz que cambia tanto la identidad verbal de la marca, como el mensaje de fondo, y quizás no es el mejor momento para construir en ese sentido tan provocador cuando tienes a la competencia apostando por el mismo territorio de una forma más respetuosa.
Desde luego, como consumidor no me gusta que me tomen por tonto, y mucho menos una marca que juega a serlo.
El tiempo dirá donde acaban estos giros.
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