Desde aquí queremos mostrar que el branding, muchas veces, puede ser una herramienta muy útil para dotar de personalidad y relevancia a pequeñas empresas. No solo sirve para crear marcas llenas de significados, evocadoras y que cuentan historias.
El branding, también puede utilizarse para crear identidades con personalidad y coherencia que ayudan a grandes y pequeños a competir de una mejor forma. A transmitir ciertos valores e imagen que les ayudarán a ser más relevantes en sus respectivos negocios.
La democratización del branding, es algo al alcance de cualquiera, donde pequeños estudios, freelance, diseñadores y grandes agencias, trabajan para mejorar el tejido empresarial que hoy ocupa el 80% de nuestro país: La PYME.
¿Cómo crear una marca que cuente una historia y esté llena de significados si solo hace tornillos?. Bueno, a veces hay que ser realistas y simplificar los problemas. Seguramente la empresa que hace tornillos sólo necesite una identidad que refleje su cultura corporativa, que es su forma de entender lo que hacen y de expresarla al mundo, creando una identidad que transmita su personalidad y la diferencie del resto de competidores, que dejaron el 'logo' en manos de un amigo que sabía algo de photoshop.
El tener un logo, un universo de expresión que refleja tus valores y atributos, unos códigos propios y una identidad, te confiere ventajas competitivas frente a quienes no lo tienen. Eso, también es branding. (aunque muchos podrían decir que es sólo diseño gráfico coherente).
Aquí os dejamos un ejemplo de una compañía portuguesa, proveedora de componentes electromecánicos para automoción, que ha decidido que tener una personalidad propia, crear un mundo de expresión y unos códigos de marca es algo importante para su posicionamiento y su diferenciación.
En fin, las grandes marcas son aquellas relevantes dentro de sus espacios competitivos, hagas coches o tornillos.
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