Desde Viena, nos llega este ejercicio de rebranding de una de las camiserías con más tradición de la capital austríaca.
Quién dijo que los negocios familiares no cuidaban su imagen.
Con más de 65 años de historia y con una tradición familiar, que ya ronda la tercera generación, esta camisería vienesa se rediseña para afrontar una nueva etapa.
Esto es lo que hace grandes los negocios familiares: La profesionalización de la empresa. Que se lo pregunten a Johnnie Walker, por ejemplo.
En este caso vemos un buen ejercicio de branding, donde nos demuestran que renovarse no significa romper con todo lo que eres, sino evolucionarlo y adecuarlo.
Se adecuan las formas, se estiliza el icono, se simplifica, se limpia y se moderniza.
Se sigue apostando por la firma familiar como marca de la compañía, símbolo de orgullo y de buen hacer.
Manteniendo el estilo retro, que le denota expertise y tradición, se crea todo un universo visual acorde con esta identidad.
Coherencia, evolución, actualización y branding.
En fin, el branding está al alcance de todos, sólo es cuestión de querer utilizarlo.
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