Desde Londres y con un toque muy dulce nos llega este ejercicio de branding para un nuevo retailer llamado SugarSin.
De la mano de la agencia londinense &Smith, encontramos este peculiar ejercicio de branding donde veremos cómo una marca puede ser su propio mundo de expresión.
SugarSin es un nuevo concepto de tienda de dulces que juega con la ambigüedad adulto-infantil para ser atractivo en ambos públicos.
Creando un universo de ilustraciones eclépticas que muestras imágenes reales en blanco y negro, combinadas con notas de color para crear fantasías irreales. Un mundo adulto-infantil universal que puede verse reflejado en sus expresiones.
La marca, no es gran cosa, tipográfica, juega con el icono de la piruleta de caramelo para crear un isotipo que no acaba de aplicarse en los materiales de comunicación.
El naming, apelativo de 'pecado dulce' en inglés, es totalmente descriptivo.
En definitiva, la marca pasaría sin pena ni gloria por la mente de los consumidores y el entorno, carece de personalidad, fuerza, memorabilidad, es un descriptivo genérico.. y un largo etc.. etc..
Lo que nos importa de este ejercicio, es mostrar como un universo de marca se puede convertir en la propia marca, más allá del logotipo.
La creación de unos códigos visuales propios, un lenguaje gráfico y unos elementos ilustrativos que identifican el espacio, el producto, el packaging y la identidad corporativa, hace que todo adquiera un sentido mayor que el propio logotipo y se convierta en nuestro referente cuando pensemos en esta marca.
Con esto, como ya dijimos varias veces, los logotipos son esto.. parte de un universo mayor que conforma lo que llamamos marca. Saber combinar estas partes y establecer los roles de cada una de ellas es la clave de un buen ejercicio de branding.
En fin, una buena lección para aquellos logos que aspiran a convertirse en marca.
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