De la mano de la agencia nacional NINE, y con el objetivo de volver a hacer que Pripps Bla contara su historia encontramos este rebranding de un icono nacional.
Nacida en 1828, originalmente bajo el nombre de Pripps, no recibió el nombre de Pripps Azul hasta mediados de los años 70, entrando en una nueva era para la cervecera apostando por el branding y peculiar color azul de sus lata. Ahí nació el verdadero icono de la marca, un código de color propio, una historia y un buen producto.
En el año 2.000 el gigante Carlsberg compró la marca para llevarla a otra dimensión, pero parce que no acertaron mucho porque el rebranding del 2008 ha durado bien poco para una marca que conservaba su imagen desde los años 70.
Ahora 5 años después, se lleva un ejercicio de rebranding para recuperar aquellos iconos que contaban una gran historia de la marca.
Suecia, país nórdico, relacionado con el mar y sus historias marineras, es la fuente de inspiración de este ejercicio de branding para recuperar lo que se había destruido.
Siempre decimos, 'si tienes un icono no lo toques'. Esto es lo que sucedió con Pripps, con el objetivo de modernizar la marca, en 2008 se llevó a cabo un ejercicio de rebranding que eliminó por completo parte de sus iconos de marca que habían existido durante toda su historia, apostando por una marca con más presencia tipográfica, moderna y actual.
A veces, para modernizar una marca basta con actualizarla, es decir, mantener los mismos códigos, llevados a un entorno de hoy.
Eso es exactamente lo que han hecho los señores de Pripps. Recuperando una de sus imagenes con más tradición y que cuentan una historia más emocional, actualizan la imagen del velero que cruza el mar del norte acompañado de un león y un unicornio como si de una epopeya se tratase.
Una imagen casi mitológica acompañada de una banda monárquica y una corona real, que acaban de dotar a la marca de ese aire pomposo de la época.
Inspirados en el mundo onírico del tatuaje marinero, Pripps cobra vida con fuerza, contando una historia de hombres rudos que cruzan mares frios, como si de dioses se trataran, que merecen la mejor de las cervezas.
Se mantiene el color azul original de la marca, y se iguala la tipografía para dotar del mismo peso a las dos palabras, mientras que anteriormente parecía que la apuesta por el 'BLA (azul)' era su punto diferenciador.
La expresión de la marca en el packaging y en su entorno, es sencillamente fantástica, cobrando una relevancia extrema y generando unos mundos de expresión únicos e identificables.
En fin, cuando una marca es capaz de mirar al pasado y recuperar su herencia, es que está a punto de contarnos una historia.
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