Desde Zaragoza, el corazón de Aragón, nos llega el nacimiento de una nueva identidad corporativa, fruto de la fusión de dos entidades bancarias.
Otra vez más, se produce en España, la asociación de dos cajas, para el nacimiento de una nueva marca.
Multicaja y Cajalón, se unen para formar Bantierra.
Una identidad que continua con los colores verdes de sus antecesores, para alinearse con su posicionamiento. Un naming que muy descriptivo que ha buscado continuar con el imaginario 'rural', trasladándolo a la palabra 'tierra'.
Un ejercicio algo extraño para una identidad bancaria, sobretodo porque el imaginario de esa palabra no tiene ninguna connotación mejor que la palabra 'rural' que se estaba utilizando.
De igual manera, el sin sentido de la arquitectura de marcas es otro de sus problemas. Bantierra pertenece al Grupo Caja Rural, que cuenta con una identidad propia para todas las cajas pertenecientes al mismo.
Exceptuando la nueva aparición de Bantierra y la reciente rebrandeada Caixa rural Castellò, quienes han aparecido como marcas libres dentro de un grupo monolítico. Una pérdida de sinergias y esfuerzos absoluta que no benefician al nacimiento de la nueva marca.
De igual forma, Bantierra, posee la Caja Abogados (especial para este colectivo), que está avalada por Grupo Bantierra y éste a su vez por Grupo Caja Rural.
Demasiada complejidad y sin sentidos de identidades, para un nacimiento que espera ser sólido, claro y con una propuesta de valor única para competir en un entorno cambiante y difícil.
En estos tiempos de aparición de nuevas identidades, la simplicidad y la confianza que pueda generar el valor de un grupo son importantes para el consumidor.
En definitiva un mal ejercicio de branding, donde ni el naming transmite un buen imaginario, ni se genera la confianza adecuada para el consumidor .
Otra vez más, se produce en España, la asociación de dos cajas, para el nacimiento de una nueva marca.
Multicaja y Cajalón, se unen para formar Bantierra.
Bantierra, Nueva Caja Rural Aragón, nace con mas de 325 oficinas en varias comunidades y con un total de 400.000 empleados.
Una identidad que continua con los colores verdes de sus antecesores, para alinearse con su posicionamiento. Un naming que muy descriptivo que ha buscado continuar con el imaginario 'rural', trasladándolo a la palabra 'tierra'.
Un ejercicio algo extraño para una identidad bancaria, sobretodo porque el imaginario de esa palabra no tiene ninguna connotación mejor que la palabra 'rural' que se estaba utilizando.
De igual manera, el sin sentido de la arquitectura de marcas es otro de sus problemas. Bantierra pertenece al Grupo Caja Rural, que cuenta con una identidad propia para todas las cajas pertenecientes al mismo.
Exceptuando la nueva aparición de Bantierra y la reciente rebrandeada Caixa rural Castellò, quienes han aparecido como marcas libres dentro de un grupo monolítico. Una pérdida de sinergias y esfuerzos absoluta que no benefician al nacimiento de la nueva marca.
De igual forma, Bantierra, posee la Caja Abogados (especial para este colectivo), que está avalada por Grupo Bantierra y éste a su vez por Grupo Caja Rural.
Demasiada complejidad y sin sentidos de identidades, para un nacimiento que espera ser sólido, claro y con una propuesta de valor única para competir en un entorno cambiante y difícil.
En estos tiempos de aparición de nuevas identidades, la simplicidad y la confianza que pueda generar el valor de un grupo son importantes para el consumidor.
En definitiva un mal ejercicio de branding, donde ni el naming transmite un buen imaginario, ni se genera la confianza adecuada para el consumidor .
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